Volpi, el crack del crack

 

El reto de contar en una novela una historia real es monumental, y más si esta ocurrió hace unos cuantos años. Los hechos y sus actores son vigilantes y escrutadores de la historia. La ficción sirve en estos casos, para trazar las líneas que la neblina realidad oculta parcialmente. Esto hace Jorge Volpi en su nuevo libro “Una novela criminal”, en el cual aborda el conocidísimo caso de Florence Cassez. Este libro, que pinta excelente, le valió el Premio Alfaguara. Con esto, Volpi se convierte en el tercer mexicano en ganar el premio de novela castellana otorgado por la editorial del mismo nombre. Antes que él, en 2003 lo recibió Xavier Velasco con “Diablo guardián” –prescindible- y en 2001 Elena Poniatowska con “La piel del cielo” –librazo-.

Volpi se ganó su lugar en esta prestigiosa lista con un paso que pocos se habían atrevido a dar, traspasando a la literatura (que no a la ficción) un acontecimiento especifico y sumamente relevante en el México de nuestros días: el caso Cassez marcó un hito en la política mexicana, en su relación con los medios, en la confianza del público hacia ambos, en la relación México-Francia y en el combate a la delincuencia; por su parte, la sentencia a Cassez, que es un animal distinto, fue también un parteaguas en el derecho mexicano que no acabamos aún de comprender y aplicar en su debida medida. Este torbellino mediático, político y jurídico es del que se valió Jorge Volpi. Nada menos.

Hace un mes Jorge Volpi no estaba, ni por asomo, entre mis escritores predilectos. Es más, hace un mes habría dicho que no me parecía bueno. Lo anterior por tres razones bastante simplonas y equivocadas: primero, su libro “La tejedora de sombras” se me hizo insufrible; segundo, de los escritores que como él pertenecen a la generación “del crack”, Ignacio Padilla y Pedro Ángel Palou me parecen excelentes; y tercero, sus artículos en el Reforma nunca acabaron de gustarme.

Qué equivocado estaba. De lo que me perdía. Por lo avatares de la vida, la noticia del premio Alfaguara me agarró leyendo su libro “Memorial del engaño”. Todo lo que había leído de Volpi ahora me parece como haber estado viendo a Roger Federer jugar fútbol en un campo con lodo en un calor infernal. “Memorial del engaño” es Federer jugando en la cancha perfecta de Wimbledon en una aireada tarde de primavera. Monumental. Cuenta la vertiginosa historia de un genio financiero neoyorkino que tras la explosión de la burbuja hipotecaria que desencadenó la crisis de 2008 es acusado del desfalco de 15 mil millones de dólares: prófugo y en primera persona, narra su ascenso en el mundo financiero, los tras bambalinas de Wall Street y la gestación de la crisis económica más grande de lo que va de este siglo. Pero no queda ahí, resulta ser que esta persona –que en el libro se llama J. Volpi- es hijo del asistente de Harry White, una de las mentes detrás de la creación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en la posguerra, quien fue acusado de pertenecer a una red de espías soviéticos.

Es un libro enérgico, revelador, emocionante y con una sólida investigación por detrás que no sólo confirma las palabras de Mario Bellatin, quien dijo que Volpi pertenece a un grupo de escritores que clamó por el factor sorpresa, tiraron una bomba para que todos los caminos fueran válidos, sino que también nos hace sentir deseosos de leer “Una novela criminal” y el resto de su obra de la que, estoy seguro, no ha escrito ni la mitad.

 

Por EduardoAncona Bolio*
eduardoanconab@hotmail.com

* Estudiante de Derecho y aspirante a diplomático con Ítaca en la mente.

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