Por Miguel II Hernández Madero
A unas semanas de conmemorarse en México el Día de la Libertad de Expresión (7 de junio), parece que en Yucatán está en riesgo y en algunos lugares es prácticamente igual de peligroso el hablar como guardar silencio.
La desinformación, el odio, las redes sociales, los malos periodistas y otros factores han llevado a que la prensa pierda su credibilidad. Es común leer la misma información proporcionada a los medios, dejándose a un lado la agenda propia.
Además hay sitios especializados en hacer mofa de la información o lanzar noticias falsas, con el fin inicial de divertirse, sabiendo que su éxito radica en la inmediatez a la que ya se acostumbró la gente. Van a creer aquello que despierte su interés y lo van a compartir sin verificar el contenido.
Frente a ello aún existen periodistas que investigan, que van más allá de las cifras oficiales, que detallan la información y eso los convierte en incómodos.
Ayer fue detenido en Umán el periodista Gerardo Durán junto a dos de sus colaboradores, acusados de escándalo, porque cuando ellos fueron a entregar un documento dirigido al alcalde Freddy Ruz Guzmán, se les indicó que había un error de redacción, presumiblemente para dar tiempo de avisar a la madre del alcalde de que los comunicadores ahí se encontraban.
Lo demás fue rápido, la mujer llegó y reclamó por unas notas publicadas, sus gritos llevaron a que los agentes de la policía municipal detuvieran a los comunicadores y los llevaran detenidos, para tenerlos incomunicados en la cárcel de la corporación policíaca.
Recordemos que en el plano internacional México ocupa un lugar deshonroso en cuanto a atentados contra periodistas. Hace apenas unos días fue asesinado en Playa del Carmen el reportero Francisco Romero, alias Ñaca Ñaca, como parte de la ola de violencia que se vive en el vecino estado.
Esperemos que en Yucatán no se copien esos ejemplos, pero en este caso lo más grave es que se trata de algo cometido por autoridades preventivas, siguiendo órdenes, pues no actúan por iniciativa propia.
Tal como decía el escritor francés Víctor Hugo, en el siglo XIX, la prensa indica el progreso de una sociedad, ojalá todas las autoridades lo entendieran.
Hasta la próxima…
