¿Y los premios literarios de Yucatán?

Por Miguel II Hernández Madero

Las letras yucatecas han caído en un período de letargo, abandonadas a su suerte por las autoridades de Cultura, quienes incluso dejaron de convocarlas, con lo cual no se ha nutrido la cantera de escritores y amantes de las letras en Yucatán.

Habrá quienes digan que se trata de una mala percepción, porque, bueno, se otorgaron las becas del Fonca (a los mismos nombres de siempre) y hasta ha habido publicaciones (decididas por el mismo grupo de siempre, sin reglas claras).

En la administración anterior, estando de titular de la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta) el escritor Roger Metri, la justificación fue la construcción del Palacio de la Música, en cuya obra se destinaron recursos y acaparó toda la atención, por ello nadie prestó atención al hecho de que ya no hubo convocatoria a los Premios Literarios de Yucatán e incluso se desapareció, sin pena ni gloria, la medalla Antonio Mediz Bolio, por trayectoria ¿eso implica que ya no hay escritores yucatecos que tengan un camino andado? La respuesta más fácil es decir que así es, que ya no hay escritores que puedan recibir ese reconocimiento.

Pero las cosas no son tan sencillas. Hay escritores nacidos en Yucatán, viviendo aún aquí o haciendo su lucha por ganar espacios desde otros horizontes mientras en su tierra natal todo queda encerrado en pequeñas capillas sin apertura, con una visión limitada.

En esta administración estatal, con nueva secretaria de Cultura, hasta ahora parece que la literatura en Yucatán permanecerá olvidada, sin certámenes, sin eventos (salvo un premio de “Poesía Joven” que aún mantienen).

Y es que en lo que va del siglo la presencia de Yucatán en los certámenes literarios se ha ido perdiendo, en vez de mejorarlos como recomendaron varias veces los jurados externos, han ido apagando esa llama. En su momento, los premios literarios de Yucatán eran los que menos recursos entregaban en premios (diez mil pesos mientras en otras entidades la cantidad era tres veces mayor).

Con el cambio de siglo, con la llegada de Patricio Patrón Laviada, su dirección de cultura convirtió las convocatorias en bienales y subió los premios a 20 mil pesos, cantidad que no aumentó, hasta que desaparecieron.

¿Qué es lo que ha pasado? Hay presencia de Yucatán en las letras nacionales, pero con concursos convocados por la Uady o el nacional de cuento en coordinación con el Ayuntamiento de Mérida, pero en realidad la Sedeculta ya perdió el interés por fomentar la creación literaria local.

Triste panorama, cuando sus letras mueren, la sociedad se condena al olvido.

Hasta la próxima…

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