¿Y Mily?

Por Eduardo Ancona

Varios medios impresos han informado que las diputadas locales Milagros Romero y Silvia López de Movimiento Ciudadano no se han presentado a trabajar en el Congreso del Estado desde el 26 de diciembre. Esta situación se mantuvo hasta la sesión del viernes pasado en la que tampoco aparecieron. Hasta ayer, domingo, no existía respuesta ni información clara sobre su paradero.

El problema no es ausentarse de un cargo. Cualquiera puede enfrentar imprevistos que le impidan desempeñar sus actividades normales. El problema es la desidia que su comportamiento revela. No hubo una explicación, un comunicado hacia la población del IV Distrito. Nada. Ni sus luces. Trascendió de manera vaga que la Diputada presentó algún tipo de justificante a la Secretaría, o que esto sería una simple maniobra política. Importa poco. El justificante verdadero es el que se presenta a la sociedad, y ese simplemente no ha aparecido. Quienes vivimos en el IV Distrito (el norte de Mérida y sus Comisarías) no tuvimos voto en torno al Presupuesto del Estado, ya que ese día nuestra representante no se presentó. ¿Es tan grave su imprevisto que no pudo mandar un tuit? ¿O enviar a alguien de su equipo a una rueda de prensa? Informarnos. Hacernos gente.

Para saber cómo hacer las cosas no habría que ir demasiado lejos. Los buenos ejemplos los dan dos personajes: uno ocupó su curul y otro, quizás, debió ocuparlo. El primero es Elías Lixa. Hoy diputado federal del PAN por Yucatán, solicitó por razones personales -se casó- una licencia que tendrá efectos entre el 15 y 20 de enero. El documento en el que somete su petición a consideración de la Comisión Permanente incluso se encuentra disponible en linea. Los ciudadanos, sus representados, nos damos por avisados de un derecho que el legislador ejerce conforme a la ley, y dicho sea de paso, fuera de un periodo ordinario de sesiones. El segundo es Adrian Gorocica. A pesar de haber perdido la elección del pasado julio continua haciendo un trabajo social y comunitario del que constantemente informa a través de sus redes sociales no por una obligación legal, sino por un deseo de vincularse con la sociedad en la que se encuentra, y también (supongo y espero) por legítimas aspiraciones políticas.

Nada de esto ocurrió en el caso de la Diputada del IV Distrito Local. Me hubiera encantado ver a nuestra representante en el Congreso participar en una de las votaciones más importantes del año, la del Presupuesto. Y votar a favor de él. O recibir un aviso a priori de su ausencia. Tal vez sólo se le olvidó, ¿no? Puede ser. La memoria falla. Ojalá la nuestra no.

 

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.