Por Eutimio Castro
La generación de empleo en el estado no significa mejores salarios, ya que la jornada de 8 horas para un obrero ronda entre los 100 y 120 pesos diarios, y para una persona con carrera trunca o licenciatura entre 143 y 215 pesos diarios, colocando a Yucatán entre los estados con los salarios más bajos en México.
A pesar del notable desarrollo económico en la entidad, esta gran inversión y consumo de recursos naturales no va de la mano con mejores salarios, pues las nuevas empresas se aprovechan de la mano de obra barata del yucateco, así como la necesidad de tener un trabajo estable con prestaciones.
Además del poco salario, a esto se le resta los descuentos que se realizan por pago de impuestos y en su caso, el pago de Infonavit o la adquisición de algún préstamo para tener una casa digna con los servicios básicos. Es por ello que muchos ciudadanos viven al día, trabajando turnos completos, doblando turno o inclusive teniendo dos empleos para poder solventar los pagos y tener una mejor vida.
Y es en cuatro estados de México, donde se obtienen mejores que salarios que el sueldo promedio de 290 pesos diarios, y es en Nuevo León, Ciudad de México, Baja California y Chihuahua.
Por la misma razón, muchos jóvenes optan por carreras más técnicas, que impliquen menos inversión económica, así como tiempo de estudio; por lo que se cae en el conformismo laboral o falta de superación personal, en pocas palabras estudian para ser obreros de empresas que les pagaran sueldos bajos, con horarios completos, y la promesa de ganar más si hacen horas extras. Pero igual hacer estas horas extras, es estar menos con la familia y vivir con estrés, pero según los empleados es para tener una casa propia y dar a los hijos una buena educación, aunque implique menos tiempo de padres e hijos.
Y no son solo las empresas de renombre, sino que esto también se hace visible en cualquier negocio, ya sea pequeño o mediano, pues los salarios terminan siendo peores, y con un ambiente laboral tenso y sin ningún tipo de prestación; se debe tomar cartas en el asunto, ya que la productividad aumenta, y el empleador gana más a costa de la necesidad del empleado, quien sin mayores aspiraciones solo busca tener algo fijo cuando se retire.
