Yucatán, listo para vivir el equinoccio de primavera

La mejor manera de conectarse con el universo y con la energía de miles de personas es viviendo un equinoccio en Yucatán, fenómeno en que el Sol ilumina a la Tierra con la misma intensidad en los hemisferios norte y sur, y que sucede solamente dos veces al año: el 21 de marzo, por el inicio de la primavera, y el 22 de septiembre, por el otoño; en ambas, el día y la noche duran el mismo tiempo en todo el mundo.

Hasta la actualidad, se considera a las y los mayas de la antigüedad como sabios sacerdotes y arquitectos, con un profundo conocimiento astronómico. Las estrellas eran la base para planear sus vidas, sobre todo la agricultura, pues los equinoccios marcaban las temporadas de siembra y de cosecha, respectivamente.

Además, estos saberes les permitieron construir edificios y pirámides, calculando los efectos que la luz solar tendría sobre ellos en ciertas épocas del año, de acuerdo con su orientación. En esas fechas, se puede apreciar la increíble precisión que alcanzó este pueblo en las ciencias, aplicadas en sus espacios.

Hay dos opciones en Yucatán para admirar al máximo este maravilloso evento: seguir el sacbé que va hacia el Templo de las Siete Muñecas, en Dzibilchaltún, o visitar los impresionantes vestigios de Chichén Itzá.

DZIBILCHALTÚN

Desde las 5:00 horas, la gente comienza a llegar al primer sitio para atestiguar cómo el astro saluda y entra perfectamente en las puertas del Templo, gracias a los impresionantes conocimientos matemáticos, astronómicos y arquitectónicos mayas, una civilización avanzada para su época.

Allí, los visitantes también pueden observar las escrituras sobre las piedras planas, pasear por el sitio y el museo, y darse un chapuzón en el Xlacah. Esta zona arqueológica, ubicada a sólo 20 minutos de Mérida, es la única que tiene un cenote en su interior, por lo que se recomienda llevar traje de baño, sandalias y toalla.

Las taquillas del parador turístico se abrirán desde las 4:30 horas para dar acceso. La tarifa para ingresar a este sitio es de 227 pesos para extranjeros, 124 pesos para nacionales y 75 para habitantes de Yucatán.

CHICHÉN ITZÁ

A menos de dos horas por la carretera a Valladolid, se encuentra Chichén Itzá, una de las Siete Maravillas del Mundo y declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). Miles de personas, que arriban de todas partes del mundo, asisten para vivir en carne propia este momento inigualable y recorrer los edificios del sitio, donde se respira un ambiente de paz y tranquilidad inigualable.

El pueblo maya de la antigüedad concebía el equinoccio como el momento en que Kukulcán baja a la tierra para otorgar buenas cosechas y salud a sus adoradores. Al iniciar el fenómeno solar, en la pirámide de Kukulcán, se puede observar cómo las sombras forman siete triángulos que bajan por la estructura hasta rematar en la cabeza de la serpiente emplumada, al caer el ocaso. El mejor horario para ver este espectáculo, digno de presenciar al menos una vez en la vida, es entre las 12:00 y 14:00.

En este sitio se espera rebasar la cifra de 13 mil turistas, por lo que se dará acceso a la zona a partir de las 8:00 horas.

Como punto a considerar, el director del Patronato de las Unidades de Servicios Culturales y Turísticos (Cultur), Mauricio Díaz Montalvo dijo que el estacionamiento del parador estará cerrado y se deberá aparcar en el helipuerto de Pisté, en Tinum. En este lugar habrá transporte para llevar a los visitantes hasta la entrada del complejo. Todo el traslado estará vigilado por agentes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP).

El costo de entrada para Chichén Itzá es de 481 pesos para extranjeros, 202 para nacionales, y 75 para yucatecas y yucatecos. Se recomienda llevar ropa ligera, zapatos cómodos, sombrero, sombrilla y bloqueador.

Díaz Montalvo detalló que no se permite el acceso a las zonas arqueológicas con mochilas y bultos de gran tamaño. Por tanto, se invita a dejarlos en sus vehículos o en el servicio de paquetería de los paradores.

En cuanto a la introducción de equipo fotográfico y de vídeo, expuso que deberán pagar el permiso correspondiente al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el cual varía según el dispositivo del que se trate.

“Ya todo está dispuesto para que las y los visitantes disfruten del espectáculo en condiciones de confort y seguridad”, declaró el director de Cultur.

Texto y foto: Cortesía

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