Mensaje de Navidad

 

Después de un día de mucho trabajo el cansancio me cobra factura, sobre todo porque conduzco por todas partes de la ciudad, checar varios pendientes de clientes que requieren soluciones a imprevistos de última hora, cosas propias del trabajo.
Al subir a mi coche escucho la sonata en C mayor de Mozart, música que me relaja, me vuelvo observador de cómo están las cosas alrededor mío; el tráfico está terrible en todas partes, todos van aprisa, las plazas comerciales saturadas, percibo cierto frenesí en todas partes, y me pregunto, ¿cuál es la razón de todo esto?
Las luces y adornos navideños en todas partes, parecen responder a mi pregunta, ya es Navidad, esa es la razón del porqué todo mundo va aprisa, los preparativos para la cena de Noche Buena y todo lo que conlleva.
Sin embargo, considero que se ha trivializado esta fecha y se ha perdido el verdadero sentido de la Navidad, ejemplo de esto lo tenemos en la expresión “felices fiestas” y no Feliz Navidad, podemos ver que se ha cambiado el sentido y mensaje verdadero de esta fecha.
La Navidad deriva de la palabra “Nativitas” que significa natividad o nacimiento, y de ahí el significado de la Navidad, el 25 de diciembre se celebra el nacimiento de Jesucristo, nos recuerda un hecho histórico acaecido en Belén, historia de unos peregrinos llamados José y María, que nos narra el Evangelista San Lucas: “Por aquellos días se promulgó un edicto de César Augusto, mandando empadronar a todo el mundo. Este fue el primer empadronamiento hecho por Cirino, gobernador de la Siria. Y todos iban a empadronarse, cada cual a la ciudad de su estirpe. José, pues, como era de la casa y familia de David, vino desde Nazaret, ciudad de Galilea, a la ciudad de David llamada Betlehem o Belén, en Judea, para empadronarse con María su esposa, la cual estaba encinta. Y sucedió que hallándose allí, le llegó la hora del parto. Y tuvo a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo recostó en un pesebre, porque no hubo lugar para ellos en el mesón”.
Este hecho lo atestiguaron unos pastores, como nos narra el mismo evangelista: “Estaban velando en aquellos contornos unos pastores, y haciendo centinela de noche sobre su grey, cuando de improviso un ángel del Señor apareció junto a ellos, y los cercó con su resplandor una luz divina, lo cual los llenó de sumo temor. Les dijo entonces el ángel: No tenéis que temer; pues vengo a daros una nueva de grandísimo gozo para todo el pueblo, y es, que hoy os ha nacido en la ciudad de David el Salvador, que es el Cristo, o Mesías, el Señor nuestro. Y sirvaos de seña que hallaréis al niño envuelto en pañales, y reclinado en un pesebre. Al punto mismo se dejó ver con el ángel un ejército numeroso de la milicia celestial, alabando a Dios, y diciendo: Gloria a Dios en lo más alto de los cielos, y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad”.
En este relato bíblico nos encontramos con el mensaje verdadero de la Navidad: el nacimiento del Salvador que da gloria a Dios en los cielos y paz a los hombres de buena voluntad. Si quitamos a Jesús de esta fiesta queda una fiesta vacía sin sentido, solamente el Salvador da la verdadera paz ya lo demás queda en segundo grado, por eso no me queda más que desearles una feliz Navidad y que renazca en sus corazones el Niño Dios.

 

Por Roberto Atocha Dorantes Sáenz*
robertodorantes01@gmail.com

* Ejecutivo de ventas, pero ante todo un hombre de fe inquebrantable. Experto en teología y filosofía.

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