Aunque pareciera ser un tema de carrera universitaria, aún hoy es muy difícil para el sector emprendedor, principalmente, establecer claramente una diferencia y apreciación correcta de lo que son los activos y los pasivos.
Para los grandes corporativos, este tema pareciera ser ya una prueba superada, pero para las medianas y las pequeñas empresas, que son mayoría en México, y desde luego en Yucatán este tema pasa desapercibido al grado de dejar de prestarle atención hasta que empieza a representar una fuga de recursos considerable.
La gran confusión
Robert Kiyosaki escribió en su libro “Padre Rico, Padre Pobre”, que una casa no es una “activo”, lo que sorprendió a muchas personas. Y es que de acuerdo con el autor, la teoría actual de la riqueza radica en entender cómo funciona el mundo en el presente.
Cada época funge según las tecnologías disponibles, y las tendencias; y en esta era que nos tocó vivir se puede decir que, ahora más que nunca, hay que tener en claro la diferencia entre activos y pasivos.
Activo
Son los bienes, derechos u otros recursos de los que dispone o dispondrá una empresa. Es todo aquello que le genera valor. Son susceptibles de convertirse en beneficios o de generarle rendimientos a la compañía.
Pasivo
Mientras que un Pasivo es completamente a la inversa, es todo aquello que genera un gasto o costos a la compañía y que en realidad tiene una tendencia a representar un gasto, suele confundirse con los activos.
Un activo pone dinero en tu cartera, mientras que un pasivo trabaja a la inversa, es decir, retira el dinero. Hoy, mientras muchas compañías están pensando en reducir costos, y eso implica la mano de obra, considerando a su personal, por error, como pasivo. En otras latitudes del mundo, se habla ya de las mejoras en las condiciones, en tiempo de calidad y para con la familia del trabajador, como parte de lo que es una inversión en personal, es decir, una nueva valorización como activo.
Por ello, Robert Kiyosaki insiste en que “tu casa no es un activo”, porque sin importar que sea en absoluto de tu propiedad, dicho inmueble representa un gasto, al cual hay que atender regularmente con la inversión en servicios, como energía eléctrica, agua potable, mantenimiento, entre otros conceptos que suelen pasar desapercibidos.
Y es que no se trata de hacer desistir a la gente para que no compre una vivienda. Sino que busque generar activos a través de ella.
Por ejemplo, y aunque con muchas críticas, en la entidad cada vez toma más fuerza (aunque de forma no regulada por el gobierno) la inversión que realizan personas, en especial, de origen extranjero para remozar viviendas y ofrecerlas a plataformas internacionales de hospedaje.
Alternativas
A la gran pregunta qué hacen hoy los empresarios para reducir costos, se tiene que mientras unos piensan en reducirlos despidiendo personal porque les representan un gasto. Otros idean medidas para hacer más eficiente el trabajo de su gente, y que lo realice de forma que se sientan a gusto y valorados.
Por ejemplo, en Europa existe una fuerte tendencia de desaparecer horarios, así como el rigor de la oficina, permitiendo en ciertos tiempos que el trabajador pueda cumplir con su función desde algún área no ejecutiva, ya sea en casa, un café u otro lugar.
Así como fomentar la convivencia familiar, entre otros aspectos.
Texto: Iván Duarte
Fotos: Cortesía
