Año nuevo en México

Por Miguel II Hernández Madero

Inicia 2019 y uno de mis mayores deseos es vivir en ese país maravilloso donde la crisis económica, el desempleo y la pobreza son solo cosas lejanas; en un México donde la crisis no haga mella, donde la economía se ha robustecido y los índices inflacionarios sean menores a los previstos.

Quiero vivir en México, en ese México donde el desempleo disminuye mes a mes, donde el ciudadano común puede vivir con un salario de poco más de 100 pesos diarios y la administración pública se administra tan bien que no hay incrementos mensuales a la gasolina, al gas doméstico y que a su vez incrementan el precio de la canasta básica.

Sería maravilloso vivir en ese México abundante donde la gente tiene suficiente para vivir bien y pagar impuestos del 17 ciento en energía eléctrica, telefonía, televisión, internet, alimentos, etc.

Y digo que me gustaría vivir en ese México porque al escuchar o leer declaraciones del Gobierno Federal y estatal o de líderes políticos de izquierda me pregunto si acaso vivo en otro mundo, en una realidad alterna creada por mi mente.

Veo en derredor y no encuentro esos indicios de mejoría. La gente seguirá pagando más por la canasta básica. La gasolina subió desde ayer, las tarifas de la CFE serán “adecuadas”, y detrás de ello seguirán otros aumentos con el alegato de que se incrementaron los insumos. Los campesinos seguirán emigrando a las ciudades en busca de empleo y como tampoco ahí lo encontrarán, como hasta ahora cuando muchos optan por aventurarse a la frontera norte, para buscar el sueño americano o trabajar en lo que sea en esa franja donde el movimiento de dólares es algo común.

Pero frente a ese panorama de desempleo, se ofrece oportunidades de trabajo a los caravaneros provenientes de Centroamérica, quienes seguirán llegando y recibirán ese apoyo que se niega a las comunidades vulnerables de México.

Me gustaría ver y vivir en ese México que tiene los recursos suficientes para comprometerse a otorgar 600 mil millones de pesos para programas de apoyo a los países centroamericanos, eso implica que no está en bancarrota, que no está quebrado; pero algo no concuerda, pues si bien se otorgará ese apoyo de 30 mil millones de dólares (construir el muro costaría 20 mil millones), mientras se hacen recortes en personal y en diversos programas sociales porque “no hay recursos”.

Pero para este 2019 ojalá, por el bien de México, se tome un verdadero proyecto/país, lejos de discursos incendiarios y sin recurrir al divisionismo que únicamente genera intolerancia y violencia.

Hasta la próxima…

 

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