Archivo capitalino, un lugar con 500 años de historia

La centenaria institución tiene como labor organizar, conservar y divulgar el patrimonio documental de la Ciudad de México. El sitio resguarda cuatro kilómetros lineales de documentos de diferentes acontecimientos que datan de 1524 hasta los de 1928

El domingo 8 de junio de 1692, estalló un motín en la capital de la Nueva España, enfurecido por la falta de granos y la hambruna galopante, el pueblo prendió fuego al Palacio Real del Ayuntamiento y a las Casas de Cabildo, en donde se encontraba resguardado el Archivo de la Ciudad.

Don Carlos de Sigüenza y Góngora se percató del fuego, se introdujo entre las llamas y con sus propias manos puso a salvo los documentos y planos del archivo. Contrató a un grupo de cargadores para que, en carretas, llevaran ese tesoro a buen resguardo. Gracias a él se tiene hoy la historia de los siglos XVI y XVII.

“Si Don Carlos no lo hubiera salvado, se habrían quemado y hoy tendríamos la historia de la ciudad a partir del siglo XVIII”.
Con ese antecedente, el Doctor Carlos Enrique Ruiz Abreu, director del Archivo Histórico de la Ciudad de México (AHCM), institución que tiene como labor organizar, conservar y divulgar el patrimonio documental de la Ciudad de México, el cual data de 1524, comentó con Notimex el devenir de esa centenaria institución.

A la fecha, el Archivo Histórico de la Ciudad de México conserva 65 mil planos, de los cuales varios miles ya están restaurados y digitalizados. El archivo resguarda cuatro kilómetros lineales de documentos (archivísticamente así se miden documentos) es decir, hojas “de pie” tras otra, lo que significa un millón y medio de expedientes con diferente número de hojas.

El archivo guarda la memoria escrita de esta ciudad desde hace ya casi 500 años, desde las primeras Actas de Cabildo y documentos que dan fe de los diferentes acontecimientos que han tenido lugar en todos estos años, hasta los de 1928, organizados alfabéticamente y de manera cronológica, para su mejor ubicación.

Investigadores, escritores, historiadores y una lista interminable de profesionistas, así como estudiantes y público en general, asiste cotidianamente a consultar esos acervos que a su vez se subdividen en temas de interés, como el abasto de alimentos, agua, mercados, y obras públicas de todos estos siglos.

La planoteca contiene planos del siglo XVIII a la fecha. “Si alguien desea conocer cómo era la ciudad y qué espacio ocupaba en ciudad en 1750, 1800, 1850, o 1950, por ejemplo, los mapas le indican el crecimiento de la mancha urbana, cómo fueron naciendo las colonias; el acervo es inmensamente rico”, dijo.

La introducción de la luz eléctrica, la llegada del cinematógrafo, los teatros y cines, las corridas de toros, los circos, la apertura de calles como 20 de Noviembre, los expedientes de los reos de las cárceles de Belén y de Lecumberri, son sólo algunos de los temas que se pueden consultar en este archivo histórico.

Texto y fotos: El Universal

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