Buscan rescatar del abandono al Bazar de Fierros, espacio legendario

El pasado sábado 19 de junio 2021 se conmemora el sexagésimo Primer Aniversario de la inauguración de este sitio

El pasado sábado 19 de junio 2021 se conmemoró el sexagésimo primer aniversario de la inauguración del Bazar de Fierros, donde antes de la llegada de las importantes firmas ferreteras a Mérida, se podía conseguir desde un tornillo milimétrico, una veleta y hasta una máquina de pelar naranjas marca “Rubén Flores”.

Para entonces, en uno de los locales de adelante se ubicaba el puesto de don Rico Pérez, que vendía bicicletas y sus refacciones, también estaba don Luis Rejón, que estaba dedicado a la venta y reparación de veletas. Sin duda que este era el punto más visitado en aquellos días, menos que Mérida era la Ciudad de las Veletas; también había un local dedicado a la venta de cañerías de hojalata para desaguar los techos y tejados.

Así lo recuerda el ingeniero René Flores Ayora, quien era un niño en ese entonces, pero que tiene fresca en la memoria como era la actividad diaria en este Bazar de Fierros.

En la actualidad, la mayoría de los dueños originales de los locales han fallecido, pero sus descendientes que siguen la tradición familiar se han puesto como meta rescatar el Bazar del abandono en que se encuentra, para lo cual se estarán organizando para tener de nueva cuenta un administrador y que se pueda ordenar el uso de los locales hacia su vocación original.

Para conmemorar la efeméride se organizó una pequeña reunión con la participación de cuatro hijos de los locatarios fundadores: Nico Solís es uno de ellos, quien se encuentra en la parte de adelante del Bazar y, al igual que su padre, está dedicado a los herrajes de plomería; también está el hijo de don José Manzur, que trabaja la hojalatería y la cañería galvanizada.

“También son hijos de los fundadores Camilo y su hijo Juan, que también se dedican la hojalatería y hacen moldes para los mosaicos de pasta antiguos, que es una actividad que está desapareciendo, por lo que es muy importante su labor, lo mismo que la de otro compañero de apellido Pacheco, que está dedicado al rubro de la plomería y sus refacciones”, recordó Flores Ayora.

“Para que no pase desapercibido el cumpleaños del Bazar y recordar cómo mi padre festejaba estos aniversarios, vamos a degustar unos kibis y por supuesto vamos a platicar sobre qué es lo que se pude hacer para mejorar la imagen del Bazar que se logró hacer realidad con mucho esfuerzo”, dijo el entrevistado, quien recordó que los 50 locales se lograron pagar mediante mutualistas semanales.

Como se recordará, este grupo de comerciantes se ubicaron mucho tiempo en el Parque Eulogio Rosado, hasta que la autoridad los retiró.

“Fue entonces cuando mi papá y varios compañeros buscaron un lugar para establecerse y dieron con este espacio que era un solar, y una vez que terminaron de pagar sus locales se inauguró el bazar el 19 de junio de 1960”, recordó el ingeniero Ayora, quien, junto con un sobrino, tiene planes de reabrir el local de su padre para vender refacciones para las máquinas de pelar naranjas y también repararlas.

“Fue en las mejores épocas del Bazar de Fierros que surgió la máquina de pelar naranjas que ha sido importante para el sustento de muchas familias, además de que mi papá don Rubén Flores Pérez las fabricaba e igualmente le encargaban piezas milimétricas para hospitales a partir de las muestras que le llevaban. Antes, nadie hacía ese trabajo y se tenían que pedir al extranjero, hasta que mi papá trajo su torno milimétrico de Estados Unidos y él hacía estas piezas y tornillos milimétricos que le encargaban”, puntualizó el entrevistado, quien se pronunció por el rescate del lugar, no solo en la cuestión física, sino también en el ámbito de organización y administración, pues actualmente han ocupado los espacios del estacionamiento vendedores de diversos artículos muy diferentes a lo que eran el ramo original del bazar.

Texto y fotos: Manuel Pool Moguel

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.