Caballadas

Por Armando Escalante

Mientras en la Cámara de Diputados aprueban una ley de austeridad totalmente sin sentido, anticonstitucional y arcaica, en Baja California “alguien” ensaya cómo podría quedarse en el poder más años con solo cambiar unas leyes, sobornar con un millón de dólares a diputados de todos los partidos y así distraer al país de tantos delicados temas como por ejemplo, que ya llegamos a 100 asesinatos diarios en este gobierno sin que nada ni nadie pueda impedirlo.

Entretenidos nos olvidamos de los miles de despidos que todos los días ordena el presidente; nos olvidamos de la enorme, creciente grave falta de medicinas por todo el país, y de la peligrosa escasez de gas para producir la electricidad en la Península; a cambio leemos en las redes cómo destrozan a Carlos Urzúa -titular de la SHCP- por haberse atrevido a bajarse de una carreta desbocada que parece no tener cochero, con la rienda jalada por el equino que la arrastra, desbocado, sin detener su loca su carrera hacia el precipicio.

En las redes, leemos cómo se han ensañado contra Porfirio Muñoz Ledo, presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, que pese a tener el enorme defecto de apoyar a AMLO, su enorme lucidez lo hace reprobar el grave contubernio que se tramaba en Baja California para ampliarle el período de gobierno a uno de los más bandidos representantes que ha llegado al calor de la euforia por Morena, un tal Bonilla.

La “caja china” que abre Manuel López cada mañana, intenta tapar un lío con otro, como pasó con la delicada rebelión de miles de policías federales que denunciaron malos tratos e ilegalidades, a los que han silenciado con la detención del abogado de la mafia del poder, Juan Collado, “puesto” para ser detenido en suntuoso lugar por su mismo compañero de mesa, también aliado del presidente.

Y así, mientras nos distraen con los conflictos del día a día y se nos olvidan los temas graves como los más de 20 mil homicidios en 7 meses, los migrantes, el enorme desempleo y el desabasto de medicamentos -peor que nunca-, surge la caballada de que -según Fonatur- “queremos” cambiar el aeropuerto del sur meridano y alejarlo 40 o 50 kilómetros, además de también querer volver a meter un tren a la vieja estación central, porque “así lo pedimos” los yucatecos. Ni que fuéramos unos equinos o jumentos para decir caballadas o puras burradas.

Estamos expuestos a múltiples mensajes llenos de confusión, absurdos, sin sentido, que nadie parece -querer- salir a combatir, aclarar o desmentir por miedo al presidente. A los funcionarios les parece políticamente incorrecto hacerlo. Pero…
Hay que tener un lenguaje menos cuidadoso porque en una de esas, nos van a meter en un lío muy grave del que solo habrá un culpable. Y ese será aquel que se quede callado.

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.