Columna | Es mejor dejar el vaso sobre la mesa

Por Jhonny Eyder Euan

Oaxaca acaparó espacios en periódicos al hacer algo histórico: se convirtió en el primer estado del país en prohibir la venta de comida chatarra a niños. Esto lo leí al estar revisando Twitter después de comer albóndigas, pero sin levantarme de la silla pues me quedaba un trago de refresco servido en un vaso en forma de calavera.

La sensación fue extraña. Me dio gusto saber que aún existen noticias agradables en las redes sociales, aunque, por otro lado, me quedé viendo la bebida azucarada y se me quitaron las ganas de gastármela.

Si esa iniciativa se hubiese aplicado hace años, quizás no acostumbraría consumir tanto refresco embotellado. Ni yo ni miles de niños de mi generación hubiesen crecido con ese mal hábito, y la actualidad sería muy diferente para nosotros.

La propuesta es interesante porque pretende atender la “epidemia de obesidad” que vive la infancia en México y fue aceptada con 31 votos a favor por parte de los integrantes de la 64 Legislatura del Congreso de Oaxaca.

Con esto, queda prohibía la venta directa a menores de edad de bebidas azucaradas y alimentos con alto contenido calórico. Es decir, que si un niño va a la tienda por una lata de refresco o unas papas le dirán que mejor se regrese a su casa. Es una medida similar a la prohibición de vender cigarros y alcohol a menores de 18 años.

Claro que los niños podrían seguir consumiéndola sin tener la necesidad de comprarla, pero la iniciativa es un buen avance contra el mal. Ahora la responsabilidad de la salud de la niñez recae mucho en los padres, ellos decidirán si sus hijos pueden consumir esos productos.

No son muchas las casas que he visitado, pero en casi todas se toman esas bebidas para almorzar y cenar. Y conozco mucha gente que hasta para desayunar se compra una botella de Coca Cola. Con ese hábito crecieron muchos niños que hoy son adultos enfermos. Ellos ya no pueden regresar el tiempo, sin embargo, ahora pueden velar por la salud de sus hijos.

Hoy Oaxaca es el ejemplo con esta propuesta de la diputada Magaly López Domínguez, mañana más estados pueden hacer consciencia y sumarse a este proyecto.

Los refrescos y las papas son igual de peligrosos que el alcohol y cigarros para los niños. Creo que es momento de aceptarlo y que cada seno familiar cierre filas por una mejor educación y alimentación.

Si bien la ley aplicará para infantes, también los adultos pueden enderezar el camino y pensar si quieren tomarse el refresco o es mejor dejar el vaso sobre la mesa.

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