Columna | La huella de un demente

Por Jhonny Eyder Euán

Después de días de contener las ganas y de leer opiniones, alabanzas, críticas o simples comentarios, pude ver Joker, la película sobre el famoso villano de DC Comics.

Antes del estreno, alguien me dijo que sería una película que encantaría pese a ser diferente a las cintas de Marvel. Y estuvo en lo cierto, pues en dos horas se confirmó que la producción tomó al payaso criminal y lo llevó a una exposición diferente, más íntima y sin derroches de acción.

En Joker vi un drama fuerte que, de la mano de Joaquin Phoenix, refleja el lado decadente de un ser humano, lo duro que puede llegar a ser estar a una sociedad que no te ayuda, que sólo te golpea y que busca la manera de reducirte a nada. En este panorama deprimente, un hombre enfermo y en desdicha cae corrompido a los brazos del mal. Desesperanza es lo que me reflejó Arthur con tantos silencios y con esa mirada casi trastornada que no halló nunca el camino hacia la felicidad.

Después de salir del cine estuve frente al espejo del baño con pinta pensativa, como asimilando el rollo de la historia. Recordé las publicaciones que había leído sobre la película y llegué a la conclusión de que se cumplió lo esperado: el Joker de Phoenix iba a dejar huella.

Huella para bien porque el actor firmó otra sublime actuación digna de aplausos y yo sí lo ubico como una de las mejores del payaso del crimen. También deja rastro en el sentido de que DC apostó por un filme más oscuro, siniestro, realista y que identifique al espectador con la trama, y considero que lo logró.

Deja huella porque, en el plano de lo extremo, se alejó del contexto cinéfilo y causó alerta por su giro “violento”. En Estados Unidos, por ejemplo, la policía tomó precauciones en cines por si alguien quería desatar una balacera, como pasó hace algunos años con un estreno de Batman. Y claro, no se olvidará el episodio que se vivió en Mérida, donde un estudiante universitario bromeó con armar un tiroteo en una escuela porque se inspiró en Joker y “ya estaba harto de todo”.

Ya pasaron varios días desde que la cinta se estrenó, pero los comentarios siguen; muchos la alaban, otros más apenas descubren el talento de Phoenix, también hay buenas críticas como las de El País, y en algunas partes de México hay gente que se disfrazó y salió a bailar a la calle como Arthur Fleck al ritmo de “Rock and Roll Party”.

Sin duda es la temporada de Joker, un filme agresivo sin tanta acción, pero con la dosis innata de una buena historia: la capacidad de sorprender.

 

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