Con dedicatoria especial a víctimas del Covid-19

En homenaje a las personas fallecidas a causa del coronavirus se oficia la Misa de los Fieles Difuntos, transmitida por internet y mediante bocinas a los cementerios de la ciudad

Con una dedicatoria especial para todas las personas que este año perdieron la vida a causa del coronavirus, el arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, ofició al mediodía de ayer la misa en honor de los Fieles Difuntos, en las instalaciones del Seminario Menor, la cual fue transmitida vía internet y mediante bocinas instaladas en los cementerios General y Xoclán para quienes visitaron a sus seres queridos que se adelantaron en el viaje.

A lo largo de la Eucaristía, monseñor Rodríguez Vega recordó que cuando iniciaba la pandemia, el papa Francisco pidió a todos los hombres y mujeres de buena voluntad considerar que, como si estuviéramos en una misma barca, se tiene que aceptar que necesitamos unos de otros para salvarnos.

Esto, dijo, es muy importante en este día en el que nos toca celebrar a nuestros hermanos difuntos, pues muchos están acostumbrados a visitar los panteones que ahora en la mayor parte de México permanecen cerrados a causa de la pandemia.

“Aunque nuestros panteones están cerrados, nuestra fe y nuestros corazones están abiertos para celebrar esta Eucaristía pidiendo al Señor por todos nuestros seres queridos difuntos para que pronto dejen el purgatorio y pasen a la gloria eterna del cielo”, recalcó.

En el caso de la capital yucateca, los camposantos abrieron desde el 31 de octubre y hasta ayer 2 de noviembre, pero precisamente para evitar un riesgo de contagio, las autoridades pidieron a las familias que se abstuvieran de llevar a menores de edad y a personas adultas mayores, por lo que la afluencia, en el caso del Cementerio de Xoclán, según informó personal de Protección Civil municipal, fue de mil 500 personas el sábado, de más de 3 mil el domingo 1 de noviembre, mientras que ayer la cifra superaba los dos mil asistentes desde las nueve y hasta las dos de la tarde. En el General, la situación fue similar.

Teniendo en cuenta esta situación, el arzobispo de Yucatán destacó que  aunque en esta ocasión por la pandemia no se acuda a los panteones, la mayor muestra de amor por los difuntos es participar en la misa, en la que se expresa la esperanza de que, por su gran misericordia, Dios dé el descanso eterno a las almas que están en el purgatorio. Para ello mencionó es importante la oración y la Eucaristía, por lo que pidió no olvidar la promesa de Cristo: “El que coma de mi carne y beba de mi sangre tendrá vida eterna y yo lo resucitaré en el último día”.

En recorrido realizado por el Cementerio Xoclán, el más grande de la ciudad, el equipo de Peninsular Punto Medio observó cómo a pesar de que por la mañana llovió, pasado el mediodía, de manera constante llegaban las familias provistas de sus flores e implementos de trabajo para hacer la limpieza de las tumbas de sus seres queridos.

Para ingresar al recinto, a quienes llevaron vehículos se les permitía ingresar hasta un espacio diseñado solo para dejar a los pasajeros, mientras que el conductor tenía que salir de inmediato para buscar estacionamiento fuera del cementerio, por su parte a los camiones de pasaje se les permitió llegar hasta un costado de las oficinas para permitir el descenso de sus ocupantes que pasaban por el filtro sanitario y donde se les dotaba de gel antibacterial y se les tomaba la temperatura corporal.

En esta ocasión, los vendedores de flores se acomodaron en toldos ubicados a un costado de los filtros, donde también se ofrecieron veladoras.

-Venimos desde las seis de la mañana a instalar el puesto, esperamos que recuperemos la inversión que hicimos, por que las ventas no han sido las esperadas -comentó una de las entrevistadas, quien recordó que fue el domingo el día con más afluencia de visitantes.

En los pasillos se escuchaban los rezos para pedir por el eterno descanso de los familiares. Algunas personas, aún con lágrimas en los ojos, manifestaron que todavía no se reponían de la pérdida de sus seres queridos, especialmente porque se trataba de personas jóvenes y con un futuro prometedor que quedó cortado de tajo por un accidente vial.

Cabe mencionar que este año por la pandemia no se permitió la presencia de vendedores ambulantes en los pasillos del camposanto, ni tampoco se escuchó la música de los trovadores que acostumbraban recorrer el lugar para ofrecer su servicios.

Donde sí se escuchó la música de mariachis fue en las afueras del cementerio de Xoclán, pues tuvo lugar una ceremonia de bautizo de 11 personas que se acogieron a la protección de la Santa Muerte, de lo que informamos con amplitud en la página 7 de la sección local.

Texto y fotos: Manuel Pool

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