Condenan a canal evangélico de Brasil por borrar arte rupestre mientras rodaba una serie bíblica

El rodaje de una miniserie bíblica en Brasil se llevó por delante unas pinturas de arte prehistórico conservadas durante milenios en una pared de la ciudad colonial de Diamantina, en el sureste. Las pinturas rupestres fueron borradas con una capa de pintura blanca para componer el escenario de Rey David del canal evangélico Record, cuyo propietario es el obispo Edir Macedo, fundador de la Iglesia Universal del Reino de Dios, una de las mayores y más poderosas de Brasil. Casi diez años después de la grabación de esa miniserie, que se convirtió en un filón televisivo y aumentó la audiencia del canal, Record ha sido condenada a pagar dos millones de reales (unos 465,000 dólares) por destruir el patrimonio prehistórico.

El paisaje natural de Serra do Pasmar, en los alrededores Diamantina, parecía, a primera vista, ideal para las grabaciones. La emisora invirtió unos 30 millones de reales (siete millones de dólares) en la miniserie, que incluía grabaciones en Canadá. En Brasil, sin embargo, el equipo decidió modificar el paisaje. Un análisis químico realizado en el sitio arqueológico demostró la presencia de pintura vinílica blanca en el área considerada patrimonio cultural que se utilizó para la grabación. Esa sierra es un sitio de gran interés arqueológico, según los estudios realizados en 2009 por el profesor Andrei Isnardis, del departamento de Antropología y Arqueología de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG). Durante las excavaciones, se encontraron pinturas rupestres y restos líticos (herramientas de piedra) de quienes habitaron la región hace 11,000 años. Las evidencias muestran que el área pintada por la emisora Record tiene restos arqueológicos de hace 4,000 años.

En sus alegaciones durante el proceso, el canal Record niega que se pueda relacionar la pintura blanca con su presencia, ya que el análisis científico fue hecho 19 meses después del rodaje de Rey David. La empresa añade que la serie generó beneficios para el municipio de Diamantina, como el aumento del turismo y la proyección nacional y que, por lo tanto, no debería pagar ninguna indemnización por daños sociales. También afirmó que no había ninguna indicación de que el lugar utilizado para las grabaciones fuera un sitio arqueológico o un área protegida. Tras la condena, Record no ha respondido a las preguntas de este diario.

Diamantina es una ciudad colonial ubicada entre montañas donde viven 47,000 personas. Su centro está reconocido por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad por preservar la memoria de los buscadores de diamantes que explotaron la región de Minas Gerais en el siglo XVIII. Pero los estudios realizados por la UFMG y otra universidad brasileña señalan que Diamantina y los municipios circundantes tienen una historia mucho más antigua. “En toda la región, tenemos unos 220 sitios arqueológicos registrados”, afirmó el investigador Isnardis.

El desconocimiento sobre el valor artístico de las pinturas se refleja en la falta de acuerdo entre los magistrados sobre la indemnización a pagar por la destrucción del patrimonio arqueológico, un asunto que rara vez genera discusión. Para una de las juezas, bastaban 400,000 reales, pero prevalecieron los dos millones que proponía el ponente de la sentencia. Es un fallo en segunda instancia tras una primera condena que Record recurrió. Ahora también puede apelar esta nueva decisión.

¿Se puede poner precio a lo que se ha perdido? “Es un ejercicio que no soy capaz de hacer… porque no tiene precio. Estamos hablando de otro tipo de valor. Un valor histórico, cultural, antropológico, humano, de personas que vivían de otra forma. La pintura rupestre es el rastro más visible de la existencia de otros pueblos. Es inestimable”, lamentó el profesor Isnardis.

Texto y foto: Agencias

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