Copia fiel

Armando Escalante
Periodista y analista político

Donald “Trom” —como pronuncia el peje— recibirá al presidente de México cuando el coronavirus llega en todo el territorio de los Estados Unidos a su pico más alto y satura hospitales, doblega y mata a médicos y enfermeras, causa bajas en policías, soldados, marinos y acaba con millones de empleos, cierra negocios y sepulta la economía de la Unión Americana.

Cuando el número de muertos y de contagiados se duplica precisamente en los estados donde los republicanos mandan, se realiza este viaje que es una visita de “agradecimiento” porque hace unos meses, por culpa de la ignorancia, México fue el hazmereir en una junta de países productores de petróleo, cuando su innombrable representante se negó a reducir la producción petrolera tal y como se había acordado entre todas las naciones. Entró EEUU al rescate y asumió como suyo el compromiso de México.

No va a agradecer que le mandó respiradores, mascarillas y equipo como él asegura, sino a ponerse a sus pies porque lo sacó de un lío mundial y ahora le toca pagar. Como miente siempre, esta vez no tenía porque ser diferente, y eso lo sabe el mandatario norteamericano que, sin mayor problema, le tronó los dedos y lo hace ir, aunque con eso arriesgue su vida. Lo usará para su campaña y cuando pierda, México se irá entre las patas de estos animales.

El viajero mexicano arriesga más que de costumbre su vida porque no usará cubrebocas, no mantendrá medidas de cuidado y —en feliz momento cuando los contagios van en ascenso— tendrá cerca de él, a muchas personas que son iguales a ellos, no se cuidan ni protegen. Llegando de Washington, el político mexicano tendrá que ser cuarentenado, porque de otro modo, arriesgará a todos los que se le acerquen.

Dicen los que saben que el señor que vive en un Palacio en México, será alojado en algún hotel Hampton Inn tal y como es su categoría, aunque un Motel 6 sería lo más propio porque la mantelería no es lujosa y los cubiertos no pueden perderse porque dicen que no hay. Es decir no se corren riesgos. Solo no se garantiza que el ocupante de la junior suite sepa cómo se abren las llaves y deba bañarse acostado en la tina con el chorro de la llave baja.

Se ha confirmado que la casa Blair no está en mantenimiento como se argumentó para no darle espacio. Eso qué importa, cuando el virus asesino se pasea por cualquier parte de todo el mundo, más en un país donde gobierna un tipo tan ignorante como el famoso multimillonario.

Así las cosas, el tabasqueño va literalmente a la boca del lobo. No porque “Trom” se lo vaya a comer, que sí lo hará, sino porque llega a un país donde se topará con otro de sus iguales y eso lo deja en el mayor de los riesgos que suele vivir. Ni quién los cuide porque ambos están cortados con la misma tijera. Son copia fiel.

El xix.— Como les abrieron las puertas del Siglo XXI para que sus panfletos caigan por los suelos, ahora resulta que los “preocupados” que cuestionan esos temas, exigen ver a los médicos que atenderían tantas camas disponibles, y si se los llegan a enfilar, querrán ver sus contratos y sus recibos de pago. O sea que no hay forma de que se callen el hocico. Si de algo les sirve, pregúntenle al peje: él aseguró que se contrataron a 50 mil médicos temporalmente para atender la pandemia en todo el país, luego de que él mismo impuso un decreto para mandar a su casa a otros miles de empleados de Salud, por ser gente de alto riesgo. Si no hay personal es porque el peje miente.

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