La contingencia sanitaria por la pandemia mundial del COVID-19 detiene la actividad turística durante la Semana Santa.
El sector turístico ha sido uno de los más golpeados en el puerto de Progreso desde el inicio de la contingencia en Yucatán por el coronavirus, ya que este depende del flujo de personas, lo cual precisamente se trata de evitar.
Miembros de este sector del puerto comentan que están viendo cómo las vacaciones de Semana Santa se les “van de las manos”, ya que los días de descanso oficial siguen pasando, pero sin turistas.
Tanto el turismo nacional como el extranjero se paralizó. Enprimer lugar porque desde el mes de marzo se cancelaron los arribos de cruceros dejando al sector sin una parte de sus ingresos, seguidamente se cerraron playas y malecones, se aplicó ley seca y se restringieron horarios a restaurantes.
La prácticamente nula actividad turística afectó a todo el sector, desde trovadores, ambulantes, semifijos, palaperos, masajistas, hasta artesanos, restauranteros y hoteleros, quienes están sufriendo la difícil situación económica.
Muchos lamentan que la situación continúe extendiéndose, ya que el periodo vacacional de Semana Santa son días de amplia actividad turística en Progreso y permiten un respiro después de marzo, mes considerado como bajo ya que la actividad disminuye después de las celebraciones de carnaval, en ese sentido, la pandemia arrebató las actuales vacaciones para el sector turístico dejando un difícil panorama.
Las esperanzas del sector ahora están puestas en las vacaciones de julio y agosto, aunque también prevén sean bajas, no obstante seguirán en la lucha por mantener sus negocios. De igual forma esperan continúen los apoyos gubernamentales para que puedan sobrellevar la presente situación.
Texto y foto: David Correa
