Por Yoisi Moguel
Los períodos constantes de lluvias que afectaron a la entidad en las últimas semanas sacaron a relucir la mala planeación del crecimiento de Mérida, que registra un “boom” de desarrollos habitacionales por la demanda que tienen de familias que llegan o buscan radicar en Yucatán.
Esta ciudad en la última década creció a pasos agigantados por la oportunidad de invertir en múltiples negocios o de trabajar en ellos, además por estar considerada como un polo comercial e industrial en el sureste mexicano.
Si bien Mérida ofrece una calidad de vida más alto que otras ciudades del país, también muestra un incremento desmesurado en población, vivienda y vehículos circulando, que están ocasionado problemas que difícilmente se pensaban tener, al menos en corto tiempo.
Recientemente, con el paso de las lluvias de la tormenta tropical “Gamma” y del huracán “Delta” salió a flote, literalmente, un problema que se conocía en la mayor parte de la ciudad con las precipitaciones pluviales, las inundaciones de calles, pero que no se imaginaba que pudiera ser de gran magnitud en zonas de viviendas.
Esta situación deja ver que muchos de los desarrollos habitacionales fueron diseñados y construidos sin tomar en cuenta las características del suelo, ya que en algunos casos al estar más cerca de la costa, la profundidad para alcanzar el manto freático es menor al de otras partes de la ciudad y del estado.
Ahora se observa que todo desarrollo económico trae ciertas consecuencias si se carece de planeación y de estudios técnicos elaborados por especialistas y calificados con responsabilidad, pero sobre todo apegados a la legalidad por parte de la autoridad.
No debemos olvidar que continúan creciendo los fraccionamientos habitacionales en todo el estado, y recientemente el gobierno estatal anunció la construcción, por parte de la iniciativa privada, de más de 18 mil casas, la mayoría de ellas en Mérida.
