El té de flor de manzanilla es una de las infusiones más consumidas por la gente debido a su sabor y a los beneficios que tiene para la salud. Uno de ellos, el más conocido y al que debe gran parte de su popularidad, es el control del dolor estomacal.
La flor de manzanilla, cultivada en huertos familiares y terrenos de cultivo abandonados, por muchos años y, sobre todo, en estados del pacífico y centro del país, ha sido utilizada como un tratamiento eficaz para aliviar el dolor estomacal.
Esto debido a que, según información del sitio Bayer: Science for a better life, contiene propiedades terapéuticas, como terpenoides y flavonoides, que contribuyen al bienestar de algunas afecciones gastrointestinales.
Dentro de estas afecciones también se encuentran el vómito, la diarrea, el empacho, la gastritis nerviosa y la disentería —inflamación intestinal acompañada de diarrea con sangre—, señala la Biblioteca digital de la Medicina Tradicional Mexicana de la UNAM.
Esta planta, originaria de Europa y el oeste de Asia, se emplea en algunas regiones del estado de Hidalgo para aliviar el dolor de rodillas, tratar la parálisis y el reumatismo. En esta localidad, la manera más usual de preparar la infusión de la planta es con romero y aceite de oliva.
Mientras que en Michoacán, especialmente en la Sierra Tarasca, el té de flor de manzanilla se administra en niños con “empacho”, quienes antes de ingerir la infusión beben una cucharada de aceite de oliva mezclada con polvo de cola de tlacuache tostada.
La nutrióloga Alina García asegura que, aunque no se ha visto que el consumo del té de manzanilla sea dañino, es recomendable ingerirlo con moderación, pues estas bebidas son diuréticas. Por lo que “si tomamos todo el día té no va a ayudarnos a tener una buena hidratación”.
Texto: El Universal
Foto: Agencia
