Desapariciones forzadas

Por Óscar Rodríguez

Versa la sabiduría popular que hechos son amores y no buenos discursos, tal dicho embona actualmente en la relación que mantienen el gobernador Mauricio Vila Dosal con el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Pues vea usted querido lector que durante las cinco giras que ha realizado el jefe de la 4T se ha desvivido en halagos, piropos y demás expresiones empalagosas hacia el mandatario panista.

Sin embargo, en la realidad los hechos son otros, pues los recortes presupuestales aplicados por el gobierno que encabeza el Presidente de la República han obligado al elogiado mandatario de extracción panista a realizar desapariciones forzadas de dependencias estatales con el objetivo de mantener la calidad de los programas ofrece a los yucatecos.

En apenas dos años de gobierno, el gobernador Vila Dosal iría por su segundo ajuste, obligado principalmente por el recorte de miles de millones de pesos que el empalagoso jefe de la “Cuarta transformación” le ha aplicado a un gobierno eficiente y honesto según lo dicho por el propio Presidente de la República.

Será el sereno querido lector pero en mi infancia, mi señor padre siempre premiaba al hijo que se portaba bien y al mal portado no le daba su domingo.

PRENSA SIN BOZAL

Ayer, las frases despectivas que el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador ha proferido hacia los medios de comunicación como “vendidos”, “chayoteros”, “conservadores”, entre otras linduras hicieron ebullición al arribo del mandatario federal a tierras yucatecas.

Y es que un grupo de ciudadanos arremetió a golpes e insultos contra varios reporteros que cubrían la llegada de López Obrador al Aeropuerto Internacional de Mérida “Manuel Crescencio Rejón”, coincidentemente utilizaron los mismos adjetivos que su mesías tropical.

En su afanosa búsqueda de desacreditar a quienes ejercen el periodismo, pues una buena parte de ellos son sus acérrimos críticos, el presidente López Obrador pretende desesperadamente abaratar la profesión de tundeteclas al afirmar que con “la revolución” de las redes sociales virtuales, cualquier ciudadano se convierte en un medio de comunicación.

Tal aberración no puede pasar sin ser debatida por quienes nos dedicamos al periodismo de a pie, toda vez que esa afirmación del otrora “Ya sabes quién”, es tanto como asegurar que cualquier ciudadano se puede hacer justicia por el simple hecho de tener un arma en su casa.

La ética y responsabilidad civil y social de un periodista no puede quedar supeditada a un aparato de comunicación masiva, por más popular que éste sea, pues de hacerlo los ciudadanos quedarán condenados a la difamación y calumnia de cualquier persona que cuente con un dispositivo móvil.

Apostar a la denotación de una importante actividad humana como lo es el periodismo es un gran riesgo para la democracia y quejarse de ser atacado por quienes les “quitó el bozal” es una muestra más del desprecio que tiene el Presidente hacia los medios de comunicación. Hasta aquí la Columna Fifí, comentarios, felicitaciones, recordatorios maternos, invitaciones a misa, avisos parroquiales y convocatorias a la cantina puede hacérmelas llegar al correo rompecabezadiario@gmail.com

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