Dos caras

Armando Escalante
Periodista y analista político

La cercanía que tienen conocidos personajes que se supone están en la oposición con emisarios del partido del presidente, es un nuevo escollo para que avance la democracia y se logren contrapesos que le amarren las manos a los nuevos corruptos del gabinete. No solo son relaciones de amistad o de compañerismo en curules, sino que los unen partidos en formación, intereses comunes y, desde luego, negocios, turbios negocios.

Estos personajes que llegaron con siglas azules, lo mismo coquetean con sus “adversarios” (que están en el partido de color guinda), que mantienen bisnes con los tricolores y hasta financian campañas contra sus propios compañeros de partido. Los millonarios presupuestos sin ninguna supervisión ni vigilancia, destinados para las obras faraónicas y caprichos del mandatario, son el vínculo que los une.

Por eso no es de extrañar que estén callados como momias los opositores, con la mano extendida, recibiendo las migajas que se reparten a estados como el nuestro, financiando con $60 millones “obritas” innecesarias, que causan escándalo y enojo y que son utilizadas para torpedear a los verdaderos demócratas que construyeron el camino por el cual finalmente llegaron al poder propios y extraños. O bien, pellizcar algo de los 100 mil millones que se reparten en el tren maya. Pero bueno, estos periodos electorales sirven para decantar, cribar y cernir, hasta para separar la basura y no solo reciclarla para volver a usarla…en otros colores.

Esos políticos azules, verdes, morados, guindas, rosas, naranjas, rojos y amarillos, son los “dos caras” de una misma moneda y forman parte, generalmente, de una muy bien aceitada maquinaria de corrupción ligada a sindicatos y empresas del ramo de la construcción que ahora han cambiado para mejorar sus ingresos protegidos por la cero transparencia y las compras directas que dirige el Gobierno Federal. Llegado el momento se podrán ventilar los nombres porque sus filias son públicas, hasta eso. No se esconden porque se saben impunes.

El xix.— Muchos fantasmas se levantan sobre las elecciones de junio; el primero es la posposición de los comicios. Ojalá que no prospere la convocatoria que en forma ignorante y mal intencionada hacen varios promotores de esa medida. También es un grave problema para la jornada electoral, el vencimiento de muchas credenciales con fotografía sin que la gente haya podido renovarlas. Eso hará que el día de la eleccion, muchos sean rechazados, porque no tienen idea que su carné ya se venció. Los otros peligros son que la gente no se presente a votar por miedo hasta tocar las boletas y meterse a la mampara, tocar la cortina plástica, usar el crayón y luego recibir de vuelta su credencial de las manos contaminadas del funcionario de casilla. El otro grave riesgo para la jornada electoral es que no se logre reunir a suficientes ciudadanos que se ocupen de instalar las casillas, ni los enviados por el INE ni los que reclutan los partidos. El temor a la pandemia es real, por eso se entiende que el peje controle las vacunas solo para sus promotores y beneficiarios de sus programas de reparto del dinero proveniente de los impuestos. Y por eso se explica que no quiera que nadie más que él controle los biológicos, así se garantiza que la oposición llegue a los comicios sin vacunarse. Y los suyos todos estén protegidos.

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