Editorial

Son momentos difíciles para Yucatán, momentos en los que pareciera que sólo le llueve sobre mojado al estado y que sólo faltaría una plaga de langostas para que la tragedia esté completa.

Y a lo mejor existen elementos para pensar de esta manera, ya que al mismo tiempo tenemos un virus que ha demostrado ser más letal de lo que todo el mundo pensaba y que nos ha tenido recluidos en nuestros domicilios desde hace dos meses.

Además, todo esto ha generado una severa crisis económica en todo el país, con la cual muchas personas no saben si volverán a sus antiguos empleos o si ya no tienen trabajo.

Pero por si fuera poco, y para demostrar que las desgracias no llegan solas, sino bien acompañadas, ahora nos azota una tormenta tropical, que ha dejado estragos en el sur del estado. Si bien no ha tenido la intensidad de otros huracanes de gran potencia que han impactado a Yucatán, si ha generado pérdidas materiales municipios como Yaxcabá y Tekax.

En fin, seguro muchos recordaremos el 2020 como el año en el que la resistencia y la paciencia de los yucatecos fue puesta a prueba ante enfermedades mortales, crisis económicas y fenómenos de la naturaleza, pero aún así salimos adelante. Al final de todo, siempre después de los vientos y las tormentas llega la calma. Siempre tendremos un 2021, por fortuna.

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