El arte y la inteligencia artificial

Esta semana una casa de subastas ofrecerá por primera vez en un remate una pintura creada por un algoritmo, lo que genera asombro por la velocidad escalofriante de aprendizaje

No es algo que ocurrirá en el futuro: está sucediendo en este momento. “¿Se convertirá la Inteligencia Artificial en el próximo medio del arte?”, pregunta en su página la casa de subastas Christie’s, que ofrecerá esta semana por primera vez en un remate una pintura creada por un algoritmo. Hace dos años, una novela escrita en parte por una computadora quedó como finalista en un premio literario en Japón.

Y mientras crece la aspiración de los robots por tener la inspiración de Shakespeare, ya hay marcas de moda que están produciendo colecciones diseñadas por sistemas operativos que reemplazaron a los equipos humanos.

“He perdido varios clientes por ese motivo. Estamos condenados si no hacemos algo respecto de la inteligencia artificial. Junto con el cambio climático, es una de las principales amenazas de la humanidad”, advirtió la holandesa Lidewij Edelkoort, una de las pronosticadoras de tendencias más influyentes del mundo.

El problema parece ser que la inteligencia artificial aprende muy rápido, como demuestra el documental AlphaGo que puede verse en Netflix. Revela cómo logró derrotar a Lee Sedol, el mejor jugador de la historia del Go, el juego de mesa más difícil del mundo. Si bien demostró que puede revisar bases de datos y calcular probabilidades a una velocidad escalofriante sin la interferencia de las emociones, ¿podrá llegar al punto de ser creativa? “Es posible, en el futuro lejano – responde Edelkoort-.

“Tiene que desarrollar la intuición”. Usar los cinco sentidos, mantener viva la curiosidad y “escuchar con atención” es lo que le permite a esta experta conectar con ideas que “no son propias, sino que están en el aire”. Eso explica según ella por qué es común que varias personas desarrollen una misma idea al mismo tiempo en distintas partes del mundo, sin estar conectadas.

Captar esas ideas que circulan en el aire es lo que -por ahora- no logran hacer las máquinas. “La idea de que un robot tenga una experiencia abierta del mundo, y que la use para hacer algo nuevo, por ahora es pura ciencia ficción”, reconoce Hugo CasellesDupré, del colectivo Obvious, especializado en el cruce entre entre arte e inteligencia artificial. Integrado por tres expertos, este grupo es el creador del Retrato de Edmond Belamy ofrecido por Christie’s con una base de 7 mil dólares. Ya vendió otra obra de la misma “familia” ficticia, El conde de Belamy, por 10 mil dólares.

En lugar de intuición, el algoritmo autor de estas obras usó un método mucho más pragmático: una Red Generativa Antagónica integrada por dos partes. La “generadora” analizó una base de datos de 15 mil retratos pintados entre los siglos XIV y XX, mientras que la “discriminadora” intentaba reconocer las diferencias entre las imágenes realizadas por humanos y las producidas por el generador. El propósito de Obvious es lograr que nadie logre distinguir cuál es cuál.

Texto y foto: El Universal

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