El deporte también es tuyo

Mary Carmen Rosado Mota
@mary_rosmot
latribunaesnuestra@gmail.com

Ayer 17 de mayo se conmemoró el día internacional contra la homofobia, transfobia y bifobia, una fecha que no puede ni debe pasar desapercibida para nosotros como sociedad. Sin embargo, este 2020 es más significativo porque también se cumplen 30 años de aquel 1990 cuando la OMS eliminó la homosexualidad del listado de enfermedades mentales.

Tres decadas que han transcurrido con pocos o muchos avances en diferentes partes del mundo, pero que definitivamente aún falta mucho camino por recorrer en cuestión de cultura, de derechos, de tolerancia, de aceptarnos a todos y todas como queremos ser y, claramente, el deporte no puede estar exento de todo este suceso.

Hace un par de meses, a principios de febrero, tuve la oportunidad de acudir a una charla sobre la inclusión y la diversidad sexual en el deporte; un hombre y dos mujeres miembros del colectivo LGBT+ contaron sus experiencias personales en torno a la práctica deportiva y cómo impactan en sus vidas las disciplinas que practican.

Esta charla nos permitió escuchar anécdotas de superación no solo en el ámbito deportivo, sino también en aspectos más íntimos, más personales, porque el deporte nunca es solo deporte y para muchas personas incluso puede ser un escape para ser tu mismo, para encontrarte y para sobrellevar todos los demás obstáculos que se van presentando.

Mujeres trans platicando orgullosas su paso por diferentes artes marciales que, tristemente, también las ha ayudado a sentirse más seguras por si tuviesen que defenderse de algún tipo de ataque, pero felices de poder ser parte de un grupo, de estar en lugares donde no las juzgan, donde no se les quedan viendo, donde únicamente importa con cuántas ganas llegaron a entrenar.

Porque como ya sabemos, el deporte también nos permite ser parte de algo, nos ayuda a construir nuestra identidad y puede impactar de forma muy positiva nuestra autoestima. Aunque la realidad es que no es facil, aún hay múltiples tabúes sobre el deporte y la inclusión sexual, entre quiénes pueden prácticar determinadas disciplinas, de si eres muy ruda para tu deporte o si por el contrario, practicas una disciplina que no se ve bien en las mujeres.

Pero hoy te digo que vale la pena, vale el esfuerzo, porque el camino es amplio y a veces hace faltan personas que se animen a recorrerlo, a transformar las realidades, para que haya otras que también lo puedan hacer. Como esos 3 valientes espíritus que nos compartieron sus vivencias, sus miedos y sus alegrias, sin ninguna intensión más alla de despertar la reflexión en nosotros mismos, de que, quizá, en mí o en ti pueda estar el cambio que hace falta.

Estoy segura que habrá alguna disciplina, ya sea individual o de conjunto, que te ayude a desarrollar todas tus capacidades, a sentirte la persona fuerte que ya eres y, sobre todo, que te permita ser quien tí quieres ser. Te lo repito, el deporte nunca es solo deporte y éste también es tuyo.

Como diría la popular Paulina de la Mora “la homosexualidad no es una enfermedad, la homofobia sí”. La lucha no es solo de ayer, es de todos los días.

 

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