El futuro de la energía es la eléctrica y renovable

Este cambio es tendencia mundial, afirma el representante de la empresa Vive Energía

Reflejo del éxito de las políticas de desarrollo económico que se han aplicado en Yucatán, la Península es la zona que registra un mayor crecimiento en la demanda energética, de un 10 por ciento anual, mientras que en el resto del país es de apenas un 3 por ciento, de acuerdo a datos de antes de la pandemia sanitaria.

Este crecimiento importante debe de ser afrontado por la Comisión Federal de Electricidad, la Secretaría de Energía, el Centro Nacional del Control de Energía y la misma Comisión Reguladora de Energía, por lo que queda claro que se requiere de la participación de la Iniciativa Privada para ayudar a la tarea de mantener energizado a la Península de Yucatán.

Así lo dijo Benigno Villarreal del Río, representante de “Vive Energía”, empresa que en sus dos primeros años de operación en Yucatán ha duplicado su capacidad de generación de electricidad a partir del funcionamiento de las dos granjas eólicas ubicadas en Dzilam de Bravo y Progreso, que producen 70 y 90 megavatios, respectivamente, y que son de gran importancia para descongestionar los sistemas de interconexión de la CFE, que de esta manera puede ofrecer un mejor servicio en la Península de Yucatán.

“El futuro de la energía es la eléctrica que es limpia, renovable y más barata, es tendencia mundial, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo”, dijo Villarreal del Río.

En ese sentido destacó que mediante el uso de los aerotransformadores y turbinas, la empresa que representa está en capacidad de entregar al mercado eléctrico mayorista energía limpia a un costo de 20 dólares el mega, cuando con otras tecnologías consolidadas como las que tienen como base el uso de hidrocarburos se cotiza en 60 dólares, y si se trata de plantas más antiguas el precio puede llegar hasta los 200 dólares.

La Península de Yucatán carece de los combustibles básicos para tener estabilidad en el surtido de combustible, pero es de mucha ayuda el incremento de los volúmenes de gas natural que llegan a la región, los caules pasaron de 60 millones de pies cúbicos a 100 millones de pies cúbicos, que se destinan tanto a consumidores privados como a la CFE.

En el caso de la planta ubicada en Dzilam de Bravo, el Proyecto Eólica Golfo 1, se estableció bajo la ley  del Servicio Público de Energía Eléctrica, que permite surtir a empresas privadas a nivel nacional e internacional, y ofrecerles este insumo a menor costo, lo cual las hace más competitivas, que crezcan y generen más empleos.

La de Progreso, que entró en operación en los últimos meses del 2020, se rige por la nueva Ley de la Industria Eléctrica, por lo que toda su producción se destina a la CFE a precios competitivos.

En ambos casos, la energía se queda en la Península, lo que ayuda a la descompresión de la gran demanda en el sistema de transmisión eléctrica en la zona.

Para darse una idea de la importancia de ambas plantas, basta decir que la capacidad de generación de energía conjunta es equivalente al consumo de más de 350 mil hogares.

Para llegar a este punto, y aspirar a seguir creciendo, ha sido muy importante ir venciendo desafíos que poco a poco fueron apareciendo y que tenían que ver con la tenencia de la tierra, que en el caso de Yucatán el 56 por ciento de su superficie es regulado por el derecho agrario, mientras que el 80 por ciento carece de títulos de propiedad, por lo que era necesario trabajar para dar certidumbre y confiabilidad a la inversión para consolidarla y que existiera vialidad en el financiamiento.

Cabe destacar que es política de esta empresa no comprar los terrenos en los que instalan sus aerogeneradores y turbinas, sino que celebran contratos de usufructo por 30 años con los propietarios que pueden ser privados o ejidatarios, que de esta manera se vinculan con el proyecto al sentirse parte del mismo.

Texto y foto: Manuel Pool

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