El interesante y desastroso nuevo álbum de The 1975

Por Marcial Méndez

The 1975 es una agrupación de pop rock cuyo estilo suave, atmosférico y juvenil le ha ganado una enorme popularidad. Su nuevo álbum, Notes On A Conditional Form, fue lanzado a finales del mes pasado y, si algo puede decirse de aquel, es que es bastante interesante.

The 1975 es una banda cuyo problema siempre ha sido el que posee un claro talento por la instrumentación que desperdicia en composiciones trilladas y poco inspiradas. Aquella falla no desaparece en el nuevo disco, pero sí se ve considerablemente mitigada por la audacia de The 1975 por salirse de su molde usual y experimentar con nuevos sonidos y géneros que van desde el folk hasta el ambient y el house. Dicho ello, el abordaje ecléctico del grupo no es en sí el de la fusión de géneros: la mezcolanza ocurre al nivel del álbum como un todo, en los cambios bizarros en el sonido de una pista a la otra. No es exageración decir que el disco da la impresión de ser un monstruo de Frankenstein armado con retazos de como 4 producciones distintas.

A nivel de álbum, On A Conditional Form falla estrepitosamente porque no tiene sentido: no propone un hilo conductor ni a nivel sónico ni a nivel conceptual. Las primeras dos pistas son un ejemplo excelente de esto. La introducción al álbum yuxtapone un discurso de Greta Thunberg encima de una instrumentación ambient casi cinemática. Inmediatamente después le sigue People: 2 minutos y medio de una canción con producción extremadamente sucia y punk (de esas en las que el vocalista casi casi grita los versos) cuya letra intenta armar una especie de protesta increíblemente vaga que, más allá del sentimiento general de inconformidad, se siente totalmente vacía. La disonancia musical entre esas dos pistas es suficiente como para ilustrar la increíble negligencia con la cual fue armado este álbum excesivamente largo (de hecho, People es la única rola que suena así en todo el disco). Sin embargo, entre ambas canciones aún existía una especie de congruencia en cuanto al concepto: la protesta. Eso se va al retrete a partir de la pista 3, porque prácticamente no vuelve a surgir en las demás pistas. Por un lado, lo agradezco, porque tanto el concepto como la ejecución de esas dos canciones era estereotípico, superficial e inefectivo. Dicho ello, es también evidencia de la falta de planeación detrás del proyecto, lo que es lamentable. En cuanto a la cohesión musical, lo que falló fue que el abordaje pareció consistir en echar un montón de rolas dispares a la tracklist del álbum sin siquiera pretender que formen algo coherente. Por mucho que las pistas individuales puedan brillar por cuenta propia (no todas lo hacen), su secuencia carece de sentido y, al fin y al cabo, eso termina por darle en la torre al disco.

Sin embargo, entre todo ese desastre se encuentran, indudablemente, los mejores éxitos de The 1975. En varias de las canciones que conforman el antedicho proyecto, la agrupación se luce no solo en la instrumentación (como es usual) sino también en las sobresalientes composiciones que de tanto en tanto surgen de su experimentación con nuevos géneros y estilos. Si bien el proyecto es un fracaso a nivel general, muchas de sus pistas son enormes triunfos en sí mismas. Con un poco más de visión y esfuerzo, Notes On A Conditional Form pudo haber sido una auténtica joya musical. El potencial está ahí, queda en manos de The 1975 el que se aproveche.

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