Enfermo

Armando Escalante
Periodista y analista político

Quienes vimos nacer de la nada al Instituto Federal Electoral, para luego convertirse en INE, sabemos que todo lo anterior significó el México del control autoritario donde las elecciones las organizaba el gobierno y las ganaba por aplastante mayoría, aunque no hubiera gente en las casillas ni tampoco se contarán los votos. Literal, tras una larga lucha que costó sangre y ríos de tinta, sabemos que el control electoral se le arrancó a los gobiernos para dejarlo en manos de los ciudadanos. Hoy esto a muy pocos le importa.

Vimos nacer organismos que le cortaron al gobierno el control arbitrario de las telecomunicaciones, la asignación de frecuencias, concesiones y prebendas así como la generación de electricidad, la comercialización de energéticos y la inversión privada nació en esos campos para abrir la competencia y mejorar en todos los sentidos. Tampoco parece importar.

Mención aparte tiene la larga lucha que se dio para tener un organismo ajeno al gobierno que protegiera —aunque fuera sin dientes— los derechos humanos y así nació la CNDH. Fue igual una larga lucha que significó el trabajo de cientos de personas, organismos cívicos y agrupaciones defensoras que plantaron una buena semilla. Esto no se valora.

México se distinguió por dar a luz a un organismo que vele por la transparencia y la rendición de cuentas, que igual llevó décadas construir: así nació el INAI, que dicho sea de paso ha servido para incontables denuncias de corrupción que marcaron un cambio en el país. En todos los casos, se trata de instituciones alejadas del control del gobierno.

Hasta que un día llegó el señor Manuel López y mandó al diablo las instituciones.

Hoy el presidente ha lanzado la más peligrosa de todas sus amenazas ya cumplidas: la desaparición de los organismos autónomos usando la excusa del ahorro y la pandemia para volver a llevar al país a los años 70, cuando el gobierno controlaba todo y pasaba encima de los derechos humanos, sin que cuando menos se le pudiera exhibir.

La realidad es que al presidente no le gustan los organismos autónomos porque le restan poder, porque significan un freno a sus excesos y porque lo evidencian en su forma autoritaria de gobernar. Para nadie es un secreto que rendir cuentas es lo que más le enoja al presidente después de tener un organismo ajeno que haga elecciones y cuente los votos.

Se propone desaparecer al INE y al INAI y con eso habrá culminado la destrucción del sistema político mexicano; sin elecciones y sin transparencia, ¿que más puede pedir? Como anillo al dedo, otra vez, la pandemia. Una vez resuelto esto, aflorará la verdadera cara de su gobierno.

Enfermo de poder, podrá ya incluso quedarse en el puesto, apoyado por la enorme ignorancia de una sociedad que ni la menor idea tiene de lo que viene. ¿Qué esconde el presidente?

El xix.— Todo parece indicar que otra vez vendrá un nuevo confinamiento, mayores restricciones de horario y el cierre de negocios no esenciales en Yucatán, para intentar reducir la movilidad social y proteger de alguna forma a las personas de mayores contagios de  COVID-19, y por ende evitar la saturación de hospitales. Se adoptaron medidas de distanciamiento como en el centro de la ciudad al reubicar las zonas de ascenso y descenso, que nos hicieron estar dos meses atrás de lo que sucede en otros estados que ahora tienen rebrotes y falta de camas. Creo que el gobierno estatal va a endurecer medidas en febrero, quizá vuelva a retomar con severidad el control de la reapertura económica, donde sin duda habrá sectores más afectados que otros.

Hay un paliativo: a partir de mañana llegan las primeras vacunas y si no quieren que haya golpeteo político en ese tema, tienen que vigilar muy bien su aplicación y planear con mucha exactitud el control de los beneficiarios, mediante una extraordinaria organización donde no haya largas esperas, amontonamientos y menos se preste a malos entendidos. Pero sobretodo, tienen que estar muy atentos al manejo mediático que se le dé al asunto, que haya mesura y cero triunfalismo y que no se haga propaganda barata porque vienen semanas muy duras.

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