Elbert Tun, tras 20 años de radicar en la Ciudad de México, regresa a Mérida con una muestra de 13 óleos que se inauguró anoche y permanece por un mes más en Le Cirque Galería, en el barrio de Santiago.
ELBERT pinta desde muy niño, recuerda que cuando le compraban sus cuadernos para la escuela, él los llenaba de toda clase de imágenes, gastaba hojas y lápices de colores.
“Tuve temor la primera vez que mis papás descubrieron de qué estaban llenas las hojas de mi cuaderno, y no eran precisamente tareas”, nos cuenta el artista plástico, quien anoche inauguró Entre verdades, misterios y fantasías, en Le Cirque Galería.
Afortunadamente para Elbert Tun y para muchos que hoy nos deleitamos con sus obras, sus padres lejos de molestarse fomentaron el gusto del pequeño por el dibujo y la pintura.
“Los profesores, al ver que yo era muy hábil con los lápices de colores me proporcionaban los pliegos de papel bond para que dibujara las efemérides de cada mes, que luego eran exhibidas en el periódico mural de la escuela”.
Años más tarde fue inscrito en el Centro Estatal de Bellas Artes, donde fue discípulo de importantes pintores como Pilar Cámara y su esposo el también artista plástico Alonso Gutiérrez Espinosa, que por aquel entonces era director del área de Artes Visuales de ese Centro.
“Años más tarde, y al ver que no era bueno en la preparatoria, pues en mi cabeza ya estaba muy marcada la idea de ser artista plástico, parto hacia la Ciudad de México, donde vivo en la Casa del Estudiante yucateco”.
La primera vez que estuvo en la capital del país fue a finales de la década de los 90 cuando tuvo la oportunidad de trabajar escenógrafo y en la utilería de El Hombre de la Mancha, obra que dirigió en aquel entonces Juan Antonio Llanes, y en donde participaban más de 40 artistas (yucatecos en su mayoría) en escena.
Su primera temporada en la Ciudad de México duró seis meses, tiempo tras el cual regresó a Mérida para ver a su familia, pero ya la idea de vivir en la capital estaba bien segura en él, por lo que al poco tiempo regresa y es donde hasta la actualidad, tras más de 2 décadas, radica y tiene su estudio en Coyoacán.
“Estos últimos 20 años he vivido de vender mis obras, quizá por eso nunca las he reunido para alguna muestra o exhibición, por lo que he tenido pocas exposiciones, salvo algunas colectivas y una que otra individual que he realizado en el Estado de México y en la capital del país”.
Entre verdades, misterios y fantasías es su primera exposición en Mérida, su tierra natal, y está compuesta por 13 cuadros (todos ellos óleos), tres de ellos de gran formato, misma que fue inaugurada anoche y permanecerá por un mes en Le Cirque Galería (calle 55ª entre 68 y 70 del Barrio de Santiago).
Esta galería es propiedad del promotor cultural Jorge Gutiérrez, quien dio con Elbert Tun por medio del Facebook, donde conoció sus obras, le interesaron y se puso en contacto con él para invitarlo a venir a Mérida a exponer.
Un resumen de todo lo aprendido durante estos años de artista es lo que presenta Elbert en la muestra, llena de colores y texturas, y donde también se mezclan estilos y corrientes como el surrealismo, el costumbrismo e incluso la pintura mural, como la de Rivera, Orozco y Siqueiros, a quienes dice admirar y en los que se inspira.
“El público se va a encontrar con que todo es interesante, con que todo puede ser relevante hasta lo más sencillo y que los artistas somos gente sencilla pero que podemos llegar a estar abiertos con lo cotidiano”.
Y eso es precisamente lo que busca con su obra “romper el tabú que existe entre la gente y el artista”. “Si viene alguien que en su vida ha visto una pintura y disfruta mi trabajo, yo soy feliz, ese es mi objetivo”, expresó.
“Los frutos de la tierra”, “La cosecha de la pitahaya”, “Serenata para vaca y toro en barquito de papel” y “Sistematizador automático digitalizado novus ortus sectorum”, son algunos de los nombres de sus cuadros que desde anoche exhibe en Le Cirque y donde se podrá visitar, de Lunes a Sábado de 10 de la mañana a 2 de la tarde y de 6 a 8 pm, y ¿porqué no?. Adquirir alguno de los cuadros de Elbert.
Cecilia Silveira
Fotos: Cortesía
