CONTADOR PÚBLICO DE PROFESIÓN Y CON una maestría en Gobierno y Políticas Públicas, además de un doctorado en Educación, Juan Carlos Sierra Medina disfruta plenamente de lo que califica como una sus más grandes pasiones: la crianza de vistosas pitones Burmés en tres de sus 26 variedades.
En la actualidad cuenta con 60 de estos animalitos como “Chiquita”, una pitón reticulada, que paradójicamente es la más grande de su colección con 5.60 metros de largo y 80 kilos de peso. Es tan grande que para cargarla se requiere de la intervención de hasta cinco personas.
–Un compañero llevó una oxcán a la escuela, y me gustó tanto que comencé a tener muchas, hasta que mi mamá me sacó de la casa con todas ellas, tenía entonces 12 años –dijo al momento de iniciar un recorrido por las instalaciones de su criadero en el que cuenta con habitáculos para los ejemplares en etapa de adulta y juveniles, separadas en base a sus variedades, las reticuladas, que son las que alcanzan más tamaño, pero que son un tanto nerviosas y que requieren de un manejo diferente, o las regius o bola que tienen un temperamento más dócil.
Reproducir en cautiverio pitones leucísticos de ojos negros, es decir, completamente blancos por la ausencia de color, es uno de los grandes orgullos de este criador yucateco, que se ha preocupado en aprender el manejo adecuado de las serpientes, lo que incluye desde las condiciones de temperatura y humedad en las que deben mantenerse, hasta el tiempo para hacer las cruzas con base en los fenotipos adecuados para obtener en las crías los colores deseados.
Producto de cruzar un pitón Tigre Platínum con una hembra platínum, dio como resultado esta variedad que, por lo general, mueren a temprana edad pues desarrollan una enfermedad intestinal, de modo que son ejemplares muy valorados, explicó el entrevistado, quien destacó que antes solo se había logrado reproducirlas en Indonesia, Inglaterra y Estados Unidos.
En este caso fueron cinco las crías que nacieron el 10 de mayo del año pasado, de las cuales, por las razones antes señaladas una falleció, y de los dos machos y dos hembras restantes, tres están creciendo conforme a lo esperado y una está a punto de lograr superar por completo el riesgo.
Sierra Medina explicó que para el funcionamiento de su criadero obtuvo por parte de la Semarnat la calificación como un Predio Autorizado para Manejo de Vida Silvestre, PIMVS, por lo que cuenta con las medidas de seguridad para que no se escape algunos de los ejemplares, y a la vez es objeto de revisiones permanentes para verificar que se cumplan con las normas establecidas para que los animales estén en óptimas condiciones.
También se cuenta con un criadero de ratas que sirven para el alimento de las serpientes, que no se les proporcionan vivas, sino que antes se sacrifican cuidando que no sufran.
Dependiendo del peso de la pitón, será el gramaje y tamaño de los ratones que se le entregan, alrededor del 10 a 15 por ciento del peso, y en el caso de las más grandes comen pollos o conejos congelados.
“Se les alimenta cada dos o tres meses, y ellas engullen completa la presa para aprovechar hasta el calcio de los huesos”, detalla.
Es importante tener en cuenta que si usted quiere tener una mascota de ese tipo debe de manejarla con cuidado para evitar que sienta un riesgo y que pueda ponerse agresiva, además de tener su depósito de agua, un habitáculo con periódico en el piso. Es mejor que ponerle viruta o polvo o tierra que puede tragar y causarles problemas de salud.
Para evitar problemas con la autoridad la recomendación es comprarlas en criaderos autorizados, ya que además de que no se fomenta el tráfico ilegal, el vendedor puede hablarle con certeza del temperamento del animal y las enfermedades que pueda tener.
“Muchas personas venden animales de procedencia como si fueran legales y la gente las compra de buena fe, sin saber que corren el riesgo de cometer o ser parte de un ilícito”, advirtió.
Texto: Manuel Pool
Fotos: Juliana Sepúlveda
