fallece Enriqueta Basilio, la primera mujer en encender el pebetero olímpico

Nada era nuevo en el atuendo de Enriqueta Basilio. Ese día, cuando encendió el pebetero olímpico de México 68 y pasó a la historia en ser la primera mujer en hacerlo, se puso los tenis blancos que usó en sus días de secundaria. También la playera que había utilizado en los Juegos Panamericanos de Winnipeg, que se habían realizado un año antes, en el 67.

Porque Basilio fue una atleta deslumbrante nacionalmente en su juventud y no sólo fue la mujer que encendió el pebetero de los únicos Juegos Olímpicos que ha organizado México.

Fue campeona nacional de 80 metros con vallas, aunque también corrió 400 metros planos y relevos 4×100. Tenía el talento suficiente para correr en los Juegos Olímpicos de México, quizá por eso la apodaban la Diosa Voladora.

Sin embargo, su talento no estaba en tan buen nivel para permitirle colgarse una medalla. En las tres pruebas fue eliminada en la primera ronda y luego ya no pudo calificar a Múnich 72, los siguientes Juegos Olímpicos.

En su juventud era delgada, bien parecida, de piernas largas y de 1.76 metros de estatura. Su imagen encendiendo en el pebetero se convirtió en una de las imágenes insignia de México 68, que posteriormente, ya fuera del alto rendimiento, le permitió ser reconocida en múltiples ocasiones.

Los últimos años enfermó de Parkinson, aunque se mantenía recordando sus días como atleta. Al final, la ‘Diosa Voladora’ falleció un día antes de que se celebrará el aniversario 51 de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de México, donde saltó a la fama internacionalmente.

Destaca que a los 56 años fue uno de los relevos de la llama olímpica de Atenas 2004 y la serie de reconocimientos que recibió en el aniversario de los 50 años de los Juegos Olímpicos de México.

Texto y foto: El Universal

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