Por Eutimio Castro
Qué difícil debe ser recibir una noticia como la de hace unos días, en donde una joven de 16 años fue encontrada en un terreno baldío de la Nueva Kukulcán, quien fue asesinada a manos del que pensó era el amor de su vida, inclusive asfixiada con una almohada con el grabado de “Te quiero”.
Con una historia casi de una novela, esta tragedia se remontó desde que la joven era una niña, una menor enamorada y llena de ilusiones, quien decidió iniciar una relación a su corta edad, donde pudo más el sentimiento que la razón.
La joven Berenice perdonó por mucho tiempo el maltrato, pero cuando decidió poner fin, no sabía que firmaba su sentencia, una condena de muerte que un joven agobiado por los celos y la escasa educación lo llevo a cometer un acto de crueldad, con el clásico, “si tu no eres mía, no eres de nadie”.
Pero, hablando de maltrato hacia las mujeres, este sigue siendo un tema casi “tabú”, aún la mujer sigue callando el maltrato tanto físico como psicológico, más que nada por el temor al que dirán o al igual al sentirse insegura de poder salir adelante sin necesidad de una pareja.
Y todo esto viene desde la misma educación de los padres, a saber, valorarse y quererse, a entender que la humillación y la violencia de cualquier tipo no es signo de aprecio y cariño, por el contrario, es el inicio de una vida de dolor y sacrificio sin sentido.
Al hablar de los feminicidios en Yucatán, este es un tema que retumba en cada rincón. Casi un 50% de las mujeres yucatecas que ha estado en una relación de pareja reporta haber vivido por lo menos un episodio de violencia física. Tan sólo de enero de 2017 a enero de 2018 sumaron 1,628 casos graves.
Pero este un fenómeno silencioso, que, si bien Yucatán no se encuentra en focos rojos en cuanto a feminicidios, su índice aumenta de manera considerable, pero para los medios comunicación, hay casos que no ameritan ser publicados, y es allí donde se puede apreciar ante la sociedad el avance de esta forma de violencia.
De acuerdo con Regina Carrillo R. Valenzuela, integrante del equipo de trabajo de la alerta de género en Yucatán y colaboradora de la organización promotora de derechos humanos Ciencia Social Alternativa, A.C., a diferencia de otros sitios del país donde las mujeres son asesinadas en las calles, en Yucatán, el enemigo se encuentra en el hogar. La violencia intrafamiliar golpea con todo su potencial a las mujeres.
