Fermín Sosa, primer yucateco nombrado nuncio apostólico

El enviado del Vaticano Pietro Parolin encabeza la ceremonia de ordenación episcopal de Monseñor Fermín Sosa Rodríguez como Nuncio Apostólico de Papúa Nueva Guinea

Con una petición especial para orar por las vocaciones, monseñor Fermín Sosa Rodríguez, agradeció al pueblo de Izamal, su lugar de nacimiento, todas las muestras de cariño y el apoyo recibido para que este sábado se hiciera realidad uno de sus más preciados sueños: obtener su ordenación episcopal en el atrio del convento Franciscano y Santuario de la Virgen de la Purísima Concepción, la Patrona de Yucatán.

Fue sin duda una emotiva jornada en la que estuvieron presentes los padres, familiares y amigos del que ahora es el primer nuncio apostólico yucateco, y que  llegaron de lugares muy lejanos para acompañarle este sábado, en la  ceremonia que encabezó el Cardenal Pietro Parolin, secretario de su santidad, el papa Francisco, quien de regreso al Vaticano le llevará la invitación que le hizo para visitar Yucatán el gobernador Mauricio Vila Dosal, quien, acompañado de su esposa, estuvo en primera fila para felicitar al nuevo Arzobispo Auxiliar de Viruno.

La ceremonia de ordenación episcopal, en la que como consagrantes participaron el Arzobispo de Yucatán, Mons. Gustavo Rodríguez Vega y el arzobispo emérito de Yucatán, Emilio Carlos Berlie Belauzarán, tuvo una duración de más de dos horas y media, a lo largo de la cual se dio lectura a la bula pontificia del nombramiento de Mons. Sosa Rodríguez, quien más adelante fue interrogado por el Cardenal Parolin para mostrar su disponibilidad para el ejercicio de su ministerio con humildad.

En un momento lleno de emotividad, el cardenal Parolin aplicó aceite en la cabeza de Mons. Sosa Rodríguez para que luego, uno a uno, todos los obispos y arzobispos presentes, entre ellos el nuncio apostólico en México, Franco Coppola, le comunicaran el don del Espíritu Santo a través de la imposición de manos.

Finalmente, se le entregaron al nuevo arzobispo su anillo, que simboliza la eterna alianza de Cristo con su Iglesia; su mitra, que colocada sobre la cabeza representa la santidad de la vida y corona de los bienaventurados, y su báculo, que más adelante se explicó, es el mismo que usó don Crescencio Carrillo y Ancona, el primer obispo izamaleño.

“Es un báculo histórico, tiene más de 100 años; sin embargo, está intacto, he querido portarlo para que estemos unidos pasado presente y futuro y vayamos juntos”, explicó más adelante Monseñor Sosa Rodríguez, quien, como se ha informado, será nuncio apostólico en Papúa Nueva Guinea.

“El Señor te conceda por muchos años gobernar felizmente con su Providencia y bajo su cuidado al clero y al pueblo que ha querido reunir en torno suyo”, dijo el Cardenal Pietro Parolin al nuevo arzobispo, dando por concluido el ritual, al que acompañó un nutrido aplauso de los más de 250 asistentes que se dieron cita en el atrio del convento.

¿Quién soy yo para decirte que no?, nunca hubiese imaginado que me hayas reservado un día como éste, invitándome a ser parte como sucesor de los Apóstoles, es una gran responsabilidad, pero contigo todo lo puedo”, dijo en su mensaje Monseñor Sosa Rodríguez, quien agradeció a la Virgen María, el acompañarlo en todo su proceso de formación que inició cuando era un monaguillo en la parroquia de María Inmaculada, entonces guiado por el padre Álvaro García Aguilar.

Texto y foto: Manuel Pool

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