Eran las 4 am del sábado 4 de noviembre de 2018. La ciudad de Miami dormía, mientras ahí afuera un auto yacía junto a un árbol. Ahí maltrecho y al acecho de la noche, un conductor quedaba inconsciente ante el volante. Segundos antes había perdido el control de su vehículo y había acabado impactándose en aquel árbol, junto a él el calor de las llamas iba envolviendo el vehículo entero. Parecía el final.
La avenida Alton de Miami Beach parecía vacía.
A 30 metros del lugar un auto pasó junto al accidente, su conductor no pudo evitar mirar el mar de llamas devoraba de prisa el auto. Al observar más de cerca se percató de algo más. Justo en el asiento del conductor yacía un hombre inconsciente; pasó de largo por un instante y decidió dar marcha atrás volviendo a la altura de la calle 46 y sin pensarlo, y una vez que hubo detenido el auto por completo, corrió hacia las llamas para rescatar al conductor desconocido.
Cuando le preguntaron por qué lo había hecho el hombre respondió: “Lo acababa de ver deslizándose en espiral fuera de control porque la calle estaba mojada”
No sabe cómo, parecía que su cuerpo se había movido por mera inercia y había acabado salvando una vida. Después de sacar al hombre llamó a la policía y al cuerpo de bomberos de Miami Beach. Además de contactar a los servicios de emergencia.
El hombre rescatado abandonó la escena antes de que los servicios de emergencia llegaran, aunque volvió más tarde para ser multado por diversas transgresiones a la ley de tránsito.
En alguna ocasión le preguntaron a este buen samaritano si se consideraba un héroe… Su respuesta fue tajante “No, lo creo, cualquier persona hubiera hecho lo mismo”. Ese fue el día en el que la vida le sonrió a un buen chofer; a petición de aquel héroe su nombre permaneció anónimo.
