Historias que nos contaban los abuelos

Ahora que la cuarentena reúne en casa a grandes y chicos, una buena opción para afianzar la unión familiar y alejarse un poco de la televisión y las redes sociales es platicar con las personas mayores y escuchar de su propia voz los cuentos que sus abuelos le contaban de chicos.

Seguramente quedarán sorprendidos al escuchar historias como la de la hormiga que jugando en la calle encontró cinco centavos, y le preguntó a su mamá en qué le podía servir porque era muy pobre su familia.

“Ese dinero le sirvió para comer, y cuando cobró su papá le devolvieron el dinero para que cuando lo necesite lo preste nuevamente, a manera de fondo” , me contó mi mamá Rosa María Moguel, que cuando vio que escribía esta nota se acercó a ayudarme.

Intenté buscar alguna otra historia con algunos vecinos que ya son adultos mayores, pero lamentablemente no recordaban tan siquiera alguno de estos cuentos que de esta manera se pierden con el paso de las generaciones, por eso es de vital importancia el preservar este tipo de historias.

Y ese fue el trabajo que en 1996 realizó la licenciada en antropología Ana Patricia Martínez Huchim para su tesis que versó sobre la conservación de la tradición oral en Maya yucateco, para lo cual se apoyó con algunos habitantes de la comisaría vallisoletana de Xocén, como la señora Florentina Cauich May o Alfredo May Tun.

Es de esta manera que conocí la historia de un muchacho que quería casarse para lo cual debía de juntar su dinero, así es que su mamá le recomienda la cría de pavos.

Todo estaba saliendo tan bien que el joven hasta se subió a bailar sobre una manta de ciruela que se rompió y cayó sobre sus pavos matándolos.
Cuando se comenzaron a pudrir los pavos, llegaron los zopilotes para comer sus restos, y el joven los atrapó uno a uno para criarlos como pavos, pero no contó con que al abrir el gallinero saldrían volando. Cuando se enteró su papá, como no sabía que lo que había eran zopilotes, pensó que se trataba de un mal agüero.

Hay otras nueve historias en las que animales como monos, tigres, zorros, gallinas, murciélagos y hasta aluxes son los protagonistas de las narraciones que hasta niños hicieron, y donde no faltan los cuentos con seres malignos que comen niños y tiran a la puerta de las casas los huesos de sus víctimas como si fueran fardos de leña.

Vale la pena leer con detenimiento estas historias que también están escritas en lengua maya y que son un verdadero tesoro que hay que rescatar para conocer un poco más de la idiosincrasia de nuestro pueblo.

Texto: Manuel Pool Moguel
Fotos: Cortesía

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