La CFE se ensaña con una vecina meridana

La pesadilla de una habitante de la colonia Jesús Carranza inicia en septiembre del año pasado cuando empleados de la “empresa de clase mundial” le cambian su medidor analógico por uno digital

Por culpa de un “error” en su medidor de energía eléctrica, Laura Elena Sierra Lugo, vecina de la colonia Jesús Carranza, vive desde hace unas semanas un auténtico calvario, pues de un día para otro la Comisión Federal de Electricidad (CFE) le notificó que debería pagar un total de 24 mil 333 pesos por concepto de “consumos hechos entre septiembre 2016 y septiembre 2017”.

La “pesadilla” de Sierra Lugo comenzó en septiembre del año pasado, cuando empleados de la CFE le cambiaron (sin enterarse, porque estaba trabajando) su medidor analógico por uno digital.

Aunque el reemplazo del aparato fue hecho el 25 de septiembre de 2017, no fue sino hasta el 24 de agosto del presente cuando recibió el oficio indicándole el “ajuste de la tarifa” por consumos del periodo 25 septiembre 2016-25 septiembre 2017, con el argumento de que Comisión puede “determinar, expedir y notificar” los ajustes a la facturación, pese a que este fue expedido medio año antes, en febrero.

Lo anterior significa que para la “empresa de clase mundial” hubo energía eléctrica que se consumió, pero no se pagó, sin embargo, la mujer recibió la noticia hace menos de dos meses.

En una revisión de los recibos del citado periodo de la afectada, que oscilan entre los 850 y los mil 359 pesos, se puede constatar que la sumatoria arroja un total de $7,715, por lo que el pago de los 24 mil 333 pesos representa el triple de lo pagado en su momento.

Además, de haber existido el “mal registro”, significaría que sus pagos debieron haber sido superiores a los tres mil 500 pesos bimestrales, algo totalmente ilógico para una vivienda como la de la afectada que solo es habitada por dos personas que pasan gran parte del día fuera por motivos laborales y escolares.

Lo peor del caso es que en el oficio que llegó se indica que el pago debía hacerse en un plazo de días días naturales, algo prácticamente imposible.
Tras enterarse de la situación, Sierra Lugo interpuso una queja en la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) para tratar de resolver el cobro indebido, declarando estar al día en sus pagos y solicitando un amparo para que no le suspendan el servicio, de conformidad con el artículo 113 de la Ley Federal de Protección al Consumidor.

Con todo y que la mujer colocó junto al medidor una copia de los documentos que le dieron en Profeco, personal de la paraestatal llegó al domicilio y le cortó la energía durante más de 30 horas.

“Es desesperante no saber cómo se va a solucionar esto. Es injusto que los ciudadanos tengamos que pagar por errores que la CFE comete. Es un atropello que después de dos años se les ocurra venirme a decir que les pague en diez días”, criticó Sierra Lugo, quien ahora vive prácticamente a oscuras y con miedo a excederse en su consumo bimestral.

Texto y foto: Acom

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