Por Jhonny Eyder Euán
Si algo reconforta y ayuda a olvidar los episodios violentos que lamentablemente han distinguido al México de los últimos tiempos, eso es la cultura, las artes, la ciencia. Lo sabemos y lo comprobamos cada vez que recurrimos a expresiones artísticas como el cine, la literatura o cuando somos testigos de los avances tecnológicos de investigadores del país.
Sin embargo, ahora los salvavidas están amenazados. Resulta que un proyecto de la Cámara de Diputados prevé suprimir cerca de 100 fideicomisos públicos con un valor superior a los 60 mil millones de pesos. Pero, ¿qué con esto? Esta eliminación afectaría a los sectores relacionados con la protección de defensores de los derechos humanos y periodistas, la cooperación internacional para el desarrollo, la cultura y el cine, ciencia y tecnología, el cambio climático y el apoyo a migrantes.
En resumen, se le quitaría recursos a la ciencia y a la cultura para que sean reasignados y así poder afrontar la crisis económica derivada del COVID-19. Según se dice en la prensa, el dinero sería para el sector Salud y las vacunas, aunque la oposición señala que buscan utilizar los fondos para destinarlos a los grandes proyectos de infraestructura del gobierno federal (Tren Maya, Refinería Dos Bocas).
La simple idea de querer desaparecer los salvavidas es aterradora. Es una traición, como dijo el cineasta Luis Estrada al enterarse de las intenciones de las autoridades federales. Y fue tanta la repercusión del tema que más artistas, científicos, investigadores, periodistas, organizaciones y colectivos firmaron la carta “#NoNosPoliticen”, con la que advirtieron que, de desaparecer los fideicomisos públicos, la ciencia y la tecnología, el cine y la cultura, la reparación a víctimas, la protección de periodistas y personas defensoras de derechos humanos “van a quedar sometidos al capricho de la política”.
Desde diputados hasta el presidente sostienen que no se trata de dejar sin apoyos a la comunidad intelectual y científica. “Los investigadores van a seguir recibiendo sus apoyos, los artistas, escritores, intelectuales que recibían sus becas lo mismo”, dijo el mandatario en conferencia de prensa.
Sin embargo, la incertidumbre sigue presente y hasta personas identificadas con el actual gobierno como Diego Luna o Gael García se han manifestado en contra del dictamen propuesto en la Cámara de Diputados.
Cuando dejé de escribir este artículo, la iniciativa aún no estaba aprobada en el pleno de la Cámara de Diputados. Sea cual la decisión, es inaceptable e indignante que a alguien se le ocurra alterar, modificar, cambiar, eliminar, disminuir o suspender las actividades que permiten el desarrollo del país.
