La oración del nuevo fariseo

Roberto Dorantes
robertodorantes01@gmail.com

Mi intención en estas  líneas no es apologética, sino de señalar que las conductas sociales de hoy día reflejan una profesión de una religión relativista, interconfesional y sincretista.

La religión está presente en toda la historia humana, no hay época donde el hombre no practique alguna religión, por esa razón se considera como un derecho humano.

La libertad de religión es un derecho humano que se basa en al artículo 18 de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre de 1948: “Todo hombre tiene derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión. Lo cual implica la libertad de dar testimonio de su religión y sus convicciones, de forma individual o colectiva, en público o en privado, a través de la enseñanza, la vida, el culto y la observancia de ritos”.

La religión es un conjunto de creencias, ritos y ceremonias que profesan un grupo de individuos que les da una identidad, el objetivo de la religión es la unión del ser humano con una divinidad.

Todos tenemos derecho a profesar la religión que queramos, pero no podemos enseñar la creencia de Dios en las escuelas, todos podemos profesar la religión que nos acomode pero ninguna autoridad puede mostrarse católico, todos tenemos derecho a profesar la religión que queramos pero están prohibidos los actos de culto públicamente; entonces la religión queda en la esfera familiar y privada del hogar, y en los lugares de culto destinados, como si demostrar nuestra fe sea señal de perversión y ofensa a los demás.

Hay una profesión implícita de la sociedad a la religión relativista, interconfesional y sincretista que mencione arriba, pero el mostrarse cristiano católico está prohibido, hay un nuevo linaje de fariseos que se rasgan las vestiduras ante aquellos que nos mostramos creyentes en la doctrina, moral y filosofía de Jesucristo.

De tal manera me atrevo a afirmar que tienen una misma forma de orar, la oración del nuevo fariseo versa de la siguiente manera: “Gracias al no-dios que no soy como los demás hombres creyentes en Jesucristo Dios verdadero: intolerantes por no aceptar las nuevas ideologías, homófobos por no aceptar que cada quien elija el sexo que prefiera, próvidas por no aceptar las leyes que promuevan el aborto, doble moral porque yo no tengo moral más que la mía y hago lo que quiero, retrogradas porque acepto cualquier ideología sin hacer caso a la Verdad única”.
Estos fariseos siempre están señalando a los que no piensan como ellos, les gusta hacer protestas vandalizando los lugares públicos, hacen marchas a favor de la perversión; cuidado que muestres que eres distinto y no piensas igual que ellos en las redes sociales porque te linchan cibernéticamente.

Sí, nos encontramos ante una religión relativista donde cada quien tiene su verdad, interconfesional porque cada quien puede creer en el dios que quiera menos en el Dios verdadero y sincretista porque se hace de lo malo bueno y de lo bueno malo, nos encontramos en una apostasía generalizada donde el hombre se hace dios porque no tiene límites y el mismo se redime.

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