Diría Catón (Armando Fuentes Aguirre): de política y cosas peores. En este caso sería de transporte y cosas peores. El eterno lío transportista pone al descubierto conductas desleales de choferes.
¿Nuevo? Diríamos que no. La falta de honestidad del chofer, a veces, podría justificarse. Una fuga de las ganancias de los empresarios pone ahora a la luz pública algo conocido para muchos.
¿Puede un trabajador aspirar a ganar más? Son tiempos difíciles. Ya se ha dicho cómo el valor del dinero y la mano de obra se han depreciado.
No es noticia que muchos deben tener más de un trabajo para completar el gasto en casa. Las partes están enfrentadas. Patrón reclama deshonestidad; el chofer, el sueldo ínfimo que no es suficiente para el hogar.
No es historia exclusiva de los camioneros, pero que al final afectan a la ciudadanía en su conjunto. Queda abierta a usted, amable lector, la posibilidad de emitir un último juicio. Podemos mantenernos ajenos al conflicto hasta que este nos alcance y afecte a nosotros.