La Principal

El sistema de justicia oral implementado en el país y en el cual se privilegia la presunción de inocencia por encima de la culpabilidad, fue sin duda un gran avance en materia de justicia en todo el país, pero un avance para el cual no estábamos preparados como mexicanos.

Ha costado años su implementación y ha dificultado la acción de la justicia. Para algunos casos ha servido bastante bien, pero para los casos menores, que son los que más afectan a los ciudadanos, ha sido un fiasco absoluto.

Desde su implementación las quejas no han dejado de caer y la causa es una sola: delincuentes con reincidencias no pisan la cárcel y los ciudadanos no sólo no obtienen la justicia que esperan, sino que, además, se sienten todavía más inseguros porque la persona que los asaltó sigue afuera haciendo de las suyas.

Como parte de las quejas, nuestro sistema de justicia fue bautizado como “la puerta giratoria”, en la cual los criminales entraban y volvían a salir como si nada para seguir con sus actos delictivos. Incluso hay quienes han llegado a ser arrestados 11 veces sin pisar nunca la cárcel. Una burla para la sociedad.
El que el Congreso del Estado haya tenido que legislar para que los asaltantes permanezcan en prisión mientras se lleva a cabo las averiguaciones y su juicio, es un golpe al actual sistema de justicia, muy duro, pero también muy necesario. Parece que aun no estamos listos para tanta civilidad…

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