Las mañaneras asesinas

Por Armando Escalante

Las conferencias de prensa mañaneras del presidente Manuel López transmitidas de lunes a viernes en vivo por todas las redes sociales conocidas, y reproducidas por muchos medios de comunicación, se han convertido en un rosario de ataques e insultos para con los reporteros que acuden a ellas. No hay día en que 300, 600, 1,000 o más espectadores, lance algún improperio o comentario soez para con los medios ahí presentes.

Basta leer los comentarios que se ponen en tiempo real debajo de los videos durante la transmisión desde Palacio Nacional -que tardan casi dos horas- para tener una muestra del impresionante nivel de odio que produce entre sus fanáticos seguidores, cualquier pregunta que se le haga al señor López. Sea o no incómoda, sea o no importante, del tema que sea, enseguida genera reacciones.

Los cuestionamientos y reclamos a los reporteros van desde ¡porque cara#@& no se levantan pinches reporteros! hasta ¡por qué no le preguntaban eso a Peña Nieto desgraciados…hijos de &@#%! pasando por llamarles “chayoteros”, “cometortas, enemigos de México” y “vendidos”…y muchas insolencias más. Los aludidos reporteros no se ponen de pie porque tapan las cámaras que tienen detrás de otros compañeros suyos, algo que es común entre los entrevistadores, digamos es una ley no escrita. Además, la mayoría si preguntaba los mismos temas a los anteriores presidentes, pero como no había esa dinámica de difundir las conferencias, “el pueblo bueno” no lo sabe, porque tampoco leían las notas que ellos publicaban.

Pero los cuestionamientos y golpeteos no son solo comentarios puestos en Facebook, Twitter o YouTube, sino que también son persecuciones personales que pasan por encontrar “a esos reporteros que preguntan cosas molestas al presidente” en sus propias redes, para ofenderlos en forma directa. Incluso buscan fotografías y las vuelven a subir, les hacen videos, y memes, señalando siempre que el señor López les tapó la boca, que los dejó en ridículo, y que terminaron callados. Falso todo. Las más de las veces, los reporteros hacen preguntas serias, informadas y con datos correctos, que por supuesto suele desconocer el mandatario pues nadie, nunca, tiene ni puede tener, tantos datos en la cabeza como los que a diario le preguntan.

Así las cosas, las conferencias de prensa mañaneras son como un Circo Romano al que a diario acuden hambrientos espectadores que sí consumen sangre humana. El presidente por supuesto, jamás le ha pedido a ninguno de sus seguidores -en sus propias redes-, que midan su lenguaje y que no sean tan hostiles: sólo dice a todos “que se vive mejor cuando se es bueno”. Claro, ni caso le hacen.

 

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