Los carnavales de antaño en Mérida: Memorables festejos

Con la “Batalla de Flores” ayer llegó a su fin la edición 2019 del Carnaval de Mérida, y antes de darle la vuelta a la página, a través de diversas publicaciones y de la voz del cronista e historiador Jorge Álvarez Rendón, hacemos un viaje hacia aquellos magnos festejos que a principios del siglo pasado se organizaban básicamente a partir de las actividades de los clubes que en ese momento funcionaban en la capital yucateca: El Liceo Yucateco, el Centro Español y Paz y Unión.

En amena plática, el historiador dijo a Punto Medio que los desfiles se formaban con carros alegóricos, comparsas de estudiantes con panderetas y cascabeles

que acompañaban a las bandas de música que se entremezclaban en la caravana, en la que se destacaba la presencia de carruajes tirados por un par de finos caballos, y, por supuesto, bellas amazonas y gallardos jinetes.

Los recorridos eran breves y se realizaban sobre la calle 59, llegando a Santa Lucía y con extensiones a San Juan y a la plaza principal, destacó el cronista.

Para darnos una idea de la manera en que se vivía en esos años el carnaval, en la página Yucatán Ancestral existen narraciones tomadas de los periódicos de la época, en los que se recuerda que los festejos iniciaban a partir del sábado por la mañana, cuando se realizaba el paseo de caballería y carruajes, pero también hace mención del desfile de corso, en el que los participantes portaban antorchas de artificio, que Álvarez Rendón cita como “La Noche de las Velas Romanas”.

-Además del Paseo Familiar había bailes en suburbios, como San Cristóbal, Mejorada y San Sebastián. Los bailes se organizaban en las casas para que las madres vigilaran a sus hijas y que a pesar de que era tiempo de permisión, se mantuvieran los cauces morales– explicó.

Cuando llegó a Yucatán Salvador Alvarado en 1915, que se caracterizaba por su animadversión a todo lo español, comenzaron a reducirse las actividades del Centro Español (que funcionaba en el edificio del Olimpo), y también las del Liceo, y fue hasta fines de los años treinta y principios de los 40 que el Carnaval revivió con la aparición de carros alegóricos de empresas, como la Cervecería Yucateca, los Cigarros La Paz y la Galletera Dondé.

Entre los años cuarenta y cincuenta, el paseo se mantenía del Parque de la Paz a La Mejorada, pero era costumbre de las familias pasearse en sus coches sobre la 60 a Santa Ana y sobre la 59, y a su paso tiraban serpentinas y regalos.

-Luego comenzaron a aparecer camiones de redilas con estudiantes, quienes comenzaban a aventar los martes de carnaval huevos podridos y comenzó la censura– recordó el cronista, quien destacó el sentido que estas fiestas tienen para caer inclusive en excesos como un preámbulo a los 40 días de ayuno.

-Hoy la Cuaresma ya no existe; la gente toma esos días para irse a la playa–concluyó.

Texto: Manuel Pool Moguel
Fotos: Cortesía

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