Por María de la Lama
No sé nada de crítica literaria – todo lo que sé de literatura es que me gusta leerla -, así que cuando digo que hay que leer literatura clásica estoy haciendo solo un juicio estético. Es decir, creo que leer a autores clásicos tiene un chiste que no tiene el leer libros actuales y de moda, que muchas veces son más divertidos.
Con autores clásicos me refiero a autores viejos y reconocidos, leídos todavía a pesar de su vejez. Para mí leer a estos autores es un antídoto contra el egocentrismo y cierto tipo de soledad: cuando me identifico con las angustias de Iván Karamazov, y sé que eso que me agobia también le agobió a Dostoievsky, y a sus lectores, y que no solo se vale pensar esos pensamientos sino que no son tan raros ni especiales ni nuevos; entonces me siento menos sola en lo rareza que es vivir, y menos especial.
