¿Los hombres “Equis”?

Por Marcial Méndez

La recepción de Dark Phoenix, la más reciente entrega cinematográfica de los X-Men, ha sido bastante negativa. Esto no sorprende: no solo es la penúltima entrega de una saga que –debido a la adquisición de Fox por parte de Disney– ya ha sido dada por muerta, sino que también ha sufrido la desgracia de haberse estrenado poco después de Avengers: Endgame, la película más anticipada y comercialmente exitosa dentro de la burbuja superheroica. Sin embargo, todos aquellos son factores externos al filme, ¿de verdad está tan “equis” esta aventura del equipo mutante?

Honestamente, no me lo parece. Aunque no alcanza los puntos más álgidos de la saga (Logan, Days of Future Past), Dark Phoenix es una cinta bastante sólida y entretenida, fuera de algunas caracterizaciones deficientes y unos antagonistas blandos. Por suerte, estos últimos se mantienen bastante al margen y no acaparan los reflectores sino hasta el último tramo del filme, por lo que resultan bastante digeribles incluso cuando son tan poco memorables. Durante su relativa ausencia en la primera mitad de la cinta, Dark Phoenix tiene sus mejores momentos de personaje, la gran mayoría centrados en torno a Charles Xavier, quien se luce en esta película gracias a su complejidad, desarrollo y, más que cualquier otra cosa, su verosimilitud. Apropiadamente, los X-Men se han establecido como algunos de los personajes más humanos dentro del cine de superhéroes.

Lastimosamente, los dilemas que hacen brillar a los X-Men se pierden conforme la película avanza, por lo que el resto de ella no es tan intrigante, aunque sí bastante entretenida. Sus secuencias de acción resultan particularmente excepcionales: son emocionantes, sacan a relucir las características de cada personaje y, como toda gran cinta de acción, materializan en golpes y explosiones los conflictos ideológicos que las fundamentan.

Como escribí anteriormente, esta entrega no será la cúspide de las adaptaciones cinematográficas de los X-Men, pero tampoco es un filme “equis”. Con todos sus fallos, sigue siendo una buena película dentro de su burbuja –bastante por encima de una producción de encalzonados promedio– que no se merece el nivel de negatividad que está recibiendo por parte de la crítica. Seas fanático de los mutantes o un disidente de la franquicia, vale la pena ir a ver la cinta y desmentir o comprobar, por cuenta propia, lo que de Dark Phoenix se dice.

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