Me sentí triste y decepcionada de quienes eran mis amigos: Celia Rivas

Celia Rivas Rodríguez, quien fue fiscal del Estado y presidenta de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, narró que sufrió violencia política durante los últimos años, por aquellos a quienes consideraba sus compañeros de partido.

“Hay simulación de los hombres”, aceptó, a la vez que aseguró que ya olvidó y está dispuesta a seguir en la función pública, todo esto, en la segunda parte de nuestra entrevista en Sazón Político.

Fue la primera mujer en ser Fiscal General del Estado y hasta ahora la única…

Si, fui la primera y estoy muy orgullosa de eso. Ojalá hubiera más mujeres que lo sean porque no quiero ser la única; siempre he pensado que no debemos competir entre nosotras, sino apoyarnos para facilitarnos el camino. Por eso, en lo personal, me da gusto el gabinete del actual gobernador Mauricio Vila Dosal, porque hay muchas mujeres trabajando en él. Creo que eso es importante porque tendrán la oportunidad de demostrar que sí podemos hacer las cosas.

El objetivo es que ya no sea extraño que ocupemos cargos importantes, que pronto existan muchas mujeres fiscales o en otros puestos de poder. Pero, además, le pediría a los hombres que nos dejen utilizar esos cargos para poder servir a los demás.

En varias ocasiones he señalado que existe mucha simulación en la política, porque por un lado nos otorgan puestos importantes, pero en la práctica hay hombres que no te permiten ejercer tus funciones. Yo lo sufrí y mucho, porque no te dejan trabajar, pero sí te exigen el doble.

Si notan un poco de sensibilidad de nosotras en seguida comienzan a decir que nos encontramos estresadas o que vamos a renunciar porque no podemos con el cargo.

Entonces es difícil…

Pero esto no puede ni debe ser así. Si me enfermaba cuando fui Fiscal no me lo iban a perdonar y me echarían en cara que no podía con el puesto, cosa que no ocurre con los hombres. Ese tipo de actitudes hay que romperlas, porque sí somos doblemente exigidas y esa es una realidad, no me molesta ni me da pena decirlo.

Los hombres, para simular y tener ganancia política, le dicen a todo el mundo que están con las mujeres, pero después las aprietan y no les permiten hacer las cosas.

¿Hay que enseñarles a los hombres de política que todos son capaces de hacer las mismas tareas?

Claro. Pero también creo que la situación ha cambiado bastante, porque a mí me tocó abrir camino junto con otras mujeres y eso fue muy difícil, pero hoy las cosas son diferentes porque veo a las compañeras en puestos importantes ejerciendo su liderazgo en esos espacios. Espero que así siga.

La única manera de que ya no ocurra violencia de género es empoderar a las mujeres, darnos información, capacitación y ayudarnos entre todas.
Sí, necesitamos que más mujeres lleguen a los puestos importantes…

Tanto mujeres como hombres podemos tener la misma sensibilidad, no creo que sea un tema exclusivo de nosotras sino depende del ser humano. El tema es que a las mujeres nos permitan trabajar y salir adelante.

Habló de hombres que no la dejaron trabajar. ¿Se sintió traicionada por sus compañeros políticos en el último proceso electoral? Hay muchos de ellos a quienes conocía desde la Facultad de Derecho.

No quisiera usar la palabra traicionada; me sentí muy triste por todo lo que sucedió, porque soy una mujer de convicciones muy fuertes, que lo da todo por las personas que quiere. Son ciclos de mi vida en donde uno tiene que mirar hacia el frente, eso que sucedió lo he dejado atrás.

Me sentí triste muchos meses, pero seguí trabajando en el Congreso porque soy responsable. Lo que me ocurrió fue un tema personal (porque eso fue) pero concluí hasta mi último día, el 31 de agosto del 2018, aprobando iniciativas y temas de importancia para los yucatecos. Reitero, me sentí triste y decepcionada de las personas, pero no de la institución.

Hoy, desde este punto de su vida, si usted mira hacia atrás a aquella joven que estudiaba la licenciatura de derecho y recuerda lo que pasaba por su cabeza en este momento, ¿diría que ha hecho todo lo que quería?

He realizado muchas cosas que he querido y anhelaba, pero aún me quedan por hacer muchas más. Sí, quiero estar un tiempo con mi familia replanteándome algunas cosas de manera personal, pero me falta por hacer mucho más, tanto en el servicio público, como en la política. Creo que tengo mucho más para dar; eso no dependerá solo de mí, pero sé que puedo lograr otras metas. Estoy contenta con lo que ya hice, porque, se dice fácil, pero estar al frente de un Poder del estado, como la primera fiscal es muy importante.

Quiero seguir estudiando, acabo de terminar el doctorado en Derecho, estoy cursando la segunda maestría, tengo dos carreras y quiero seguir haciéndolo; me gusta dar clases y quiero regresar a las aulas. Tengo mucho trabajo en Luciérnagas porque quiero que el grupo avance, ya que es un proyecto personal y de otras mujeres que me acompañan. En fin, me queda mucho por dar.

Texto: Roberto Ojeda
Fotos: Saraí Suárez

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