México hipoteca su futuro digital en el nuevo TLCAN

Leo Peralta

Al momento de escribir estas líneas existe incertidumbre sobre el futuro del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en tanto Canadá no ha concluido las negociaciones con Estados Unidos, aunque el Poder Ejecutivo del país vecino informó a su Congreso sobre la conclusión de las negociaciones con México.

Será en algunas semanas cuando tendremos el documento negociado en su versión oficial, y de momento sólo tenemos indicios provenientes de las hojas de datos publicadas por la oficina comercial de los Estados Unidos. Desafortunadamente la Secretaría de Economía se ha mantenido en silencio limitándose a publicar un escueto comunicado sin sustancia al respecto.

Los reflectores se han concentrado en el impacto del resultado de la negociación en el sector automotriz. No es menor en tanto esta industria generó de acuerdo con la Encuesta Mensual de la Industria Manufacturera bienes por un valor de 1.3 millones de millones de pesos en 2017.

Sin embargo existen otros apartados cuyas consecuencias serán quizá más relevantes en el largo plazo para el desarrollo económico del país. De acuerdo con la hoja de datos publicada por la oficina comercial de los Estados Unidos tras la conclusión de las negociaciones con México se dice que México aceptó, entre otras cosas:

Establecer un sistema de aviso y retirada (notice and takedown) para proteger la propiedad intelectual digital: Esto significa que poseedores de derechos de autor sobre obras como fotografías o canciones podrán solicitar a plataformas de contenido y redes sociales que dicho contenido sea borrado de blogs, páginas y perfiles personales sin mediar proceso judicial alguno. Las plataformas de internet se convertirán en jueces y ejecutores de sentencias, sin posibilidad de apelación por el afectado.

Limitar la capacidad de los gobiernos para solicitar la revelación de código computacional y algoritmos propietarios: En los años por venir los sistemas de inteligencia artificial y de aprendizaje computacional (machine learning) tendrán una creciente influencia en nuestras vidas cotidianas. Con el debilitamiento acordado en este nuevo TLC, las autoridades mexicanas no podrían revisar, por ejemplo, el funcionamiento de un sistema de inteligencia artificial que ayude a jueces para tomar decisiones en caso de errores o defectos en la toma de decisiones.

Limitar la responsabilidad civil de plataformas de contenido en internet fuera del dominio de la protección de la propiedad intelectual: El nuevo TLC refuerza la protección de la propiedad intelectual en internet, pero le quita poder a las autoridades mexicanas para regular temas como el discurso de odio, la publicación de noticias falsas o información personal contra la voluntad del individuo como el doxing.

Prohibición para que autoridades financieras exijan almacenamiento local de datos: Con esto las autoridades no podrán requerir a bancos e instituciones usuarias de información financiera sobre ciudadanos mexicanos, que tales datos queden almacenados en centros de datos ubicados en territorio nacional.

Muchas de estas medidas apuntan hacia un futuro que parece lejano, pero en 1994, cuando se firmó el TLCAN original, la economía nacional vivía de la producción de petróleo y la industria automotriz era apenas un boceto del enorme papel que cobraría años después. Ya se verá con detalle el resultado de la negociación, pero los primeros indicios apuntan a una hipoteca del futuro digital para asegurar un presente manufacturero que cambia vertiginosamente.

 

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