Mitos y realidades sobre la adopción

El procedimiento que en la actualidad hay que seguir ante las autoridades para recibir a un niño en adopción está lleno de trámites administrativos que, en aras de garantizar que el menor encuentre un hogar en el que pueda crecer sanamente, inclusive duplica el tiempo en el que puede ser parte de una familia, lo que a final de cuentas trae como resultado que un bebé de meses, que es muy deseado, termine creciendo y alcanzando una edad superior a los cinco o seis años con lo que deja de ser opción para los prospectos a padres sustitutos que prefieren recién nacidos o menores a los cinco años.

Se trata de un tema complejo porque, aunque existe la posibilidad de dejar en resguardo al niño con papás que han demostrado ser aptos para recibirlo en el seno de su familia, al llegar con el juez que conoce del juicio, éste comienza de nueva cuenta los procedimientos para asegurarse que el menor no tenga un familiar, lo que deja incertidumbre acerca de si los aspirantes a papás sustitutos podrán o no conservar al bebé o al niño o niña, corriendo el riesgo de encariñarse y de que luego finalmente no proceda la adopción.

-Esta situación podría inclusive hasta prestarse a un chantaje por parte de los familiares que afirmen interés por quedarse con el menor, tan solo con la intención de recibir un dinero a cambio de una posible renuncia a sus derechos -explicó la diputada local Milagros Romero Bastarrachea, quien para evitar alguna de estas situaciones propuso una Ley de Adopción para el Estado de Yucatán, que establece un máximo de dos años para finalizar el proceso.

La cuestión, comentó, es que el tiempo para adoptar a un niño puede alcanzar hasta los seis años, y mientras más crece, menor es la posibilidad de ser elegido para tener un nuevo hogar. Y durante ese tiempo crecerá en el Caimede, donde hay un gran riesgo de que sufra abusos como tocamientos, regaños o algunas otras conductas por parte de sus supuestos cuidadores, que propician un daño psicológico que les afectará al momento en el que tengan una nueva familia, y que podría ser la causa inclusive para que sean rechazados y devueltos al centro de adopción.

Respecto a lo anterior, la legisladora afirmó que el 80 por ciento de los niños que viven en el Caimede han sufrido alguna de las situaciones antes enumeradas, y que el gobernador Mauricio Vila Dosal no ha dudado en tomar cartas en el asunto para corregir la situación, instalando hasta cámaras en el albergue ubicado en el Fraccionamiento Mulsay.

PÉRDIDA DE PATRIA POTESTAD TARDA MÍNIMO TRES AÑOS

Hasta antes de finalizar el año pasado, se contabilizaban a 172 menores que vivían en el Caimede bajo custodia del estado, de los cuales solo 13 eran sujetos de adopción, del resto, sus expedientes aún estaban en proceso para desvincularlos definitivamente de sus padres biológicos y de sus parientes, esto es para lograr la pérdida de la patria potestad, a fin de poder quedar en posibilidad de ser elegibles para adopción. La mayoría de estos infantes rebasan la edad de siete años, y por lo tanto es menor la posibilidad de que sean solicitados por interesados en ser sus padres sustitutos. De los 13, siete tienen edades que fluctúan entre los 7 y 11 años de edad.

A principios de año la titular de la Procuraduría de la Defensa del Menor y la Familia (Prodemefa), Teresita Anguán Zapata, dijo que actualmente hay alrededor de 400 solicitudes de adopción en espera de su resolución. Pero en su mayoría los interesados pretendían a un bebé de meses, entonces, ¿cuál será el destino de los que son ya más grandes, y peor aún, de los que tienen alguna discapacidad?

Al respecto, la diputada Romero Bastarrachea explicó a Punto Medio que con la ley que promueve, los que llegan a la mayoría de edad y tienen alguna discapacidad serían trasladados a un ala del Hospital Psiquiátrico, donde no se mezclarán con el resto de la población y no correrán algún riesgo en cuanto a su integridad física, aunque lo más importante es que la ciudadanía tome consciencia al respecto, y que de la misma manera en la que no abandonarían a uno de sus hijos de sangre por padecer alguna enfermedad, tomen bajo su cuidado y protección a alguno de estos niños y los ayuden a salir adelante en la vida.

Aunque no dio cifras, la legisladora indicó que en el Caimede hay un listado de niños con alguna discapacidad que tienen un futuro incierto al llegar a la mayoría de edad, asimismo hay jóvenes y adolescentes sin discapacidad que no fueron elegidos y que en la actualidad salen a estudiar o a trabajar para regresar a este albergue, en el que pueden estar un tiempo mientras encuentran la manera de ya como adultos, valerse por sí mismos.

Texto: Manuel Pool Moguel
Fotos: Cortesía

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