No nos cuidan, nos violan

Por Carol Santana

Esta semana, el caso de una menor de edad violada por 4 policías a dos calles de su casa se volvió viral gracias a la incompetencia de las autoridades por no poder hacer bien su trabajo: mientras que los responsables siguen libres, la menor tuvo que retirar la denuncia gracias a que sus datos fueron filtrados al público.

De la misma manera, conocimos el caso de otra menor que fue agredida por otro policía, esta vez en el Museo Archivo de la Fotografía, en la Ciudad de México.

Esto no es nuevo para nosotras. Existen miles de casos donde las autoridades que se supone que nos deberían estar cuidando y protegiendo resultan ser los responsables detrás de agresiones, acoso, abuso y feminicidios.

Las víctimas valientes que logran denunciar no siempre encuentran la justicia ya que ¿cómo pueden acudir a la misma institución que se dedicó a violentarlas? ¿Cómo pueden tener la certeza de que sus agresores no podrán lastimarlas de nuevo si estos están protegidos por un sistema que constantemente nos dice a las mujeres que no valemos nada?

Si desaparecemos, si nos violan, si nos matan, al final sólo nos volvemos una cifra más para el sistema, un número más en las estadísticas y un caso que probablemente nunca verá la luz ni recibirá justicia.

El hartazgo y rabia que estos hechos provocan sólo acaban siendo minimizados por los comentarios de la gente más ignorante de la población que sigue culpando a las víctimas por “acceder”, “provocar” o “merecer” estas agresiones basadas en su ropa, aspecto físico, lugar geográfico en el que estaban, cantidad de alcohol que habían ingerido, gustos y personalidad.

Al final, las mujeres siempre son las culpables de ser agredidas, y los agresores siempre son víctimas de sus circunstancias; mismas que casualmente se siguen repitiendo pues siguen agrediendo a otras mujeres o a sus víctimas.

Honestamente ya no sé qué más decir o hacer: hemos creado redes de apoyo, tomado clases de defensa personal, aprendemos a enviar la ubicación o tener estrategias de huidas en caso de emergencia, nos armamos con teasers, llaves y las leyes para poder defendernos y al final, no importa, siempre terminamos siendo atacadas o agredidas.

¿Qué más podemos hacer para evitar que las autoridades nos agredan? ¿Qué más podemos hacer para que cumplan con su trabajo y no se conviertan —aunque ya lo son— en parte del sistema que agrede y mata.

Ya no sabemos qué hacer y nos siguen matando. Quizá la responsabilidad no debería caer en nosotras.

 

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