La contingencia sanitaria ha afectado la temporada, ya que se ha reducido el número de embarcaciones y el mercado está paralizado.
Debido a la contingencia por el coronavirus, la pesquería de mero que debió reactivarse desde el pasado primero de marzo se vio afectada, y gran parte de la flota mayor se quedó sin salir puesto que muchos de los empresarios pesqueros optaron por no invertir ya que los mercados tanto nacionales como internacionales están parados, aún así un cúmulo de barcos se hicieron a la mar a principios del mes para probar suerte con la pesca.
Como le informamos en pasadas ediciones, algunos empresarios pesqueros decidieron enviar a hombres de mar tras el mero, quienes tuvieron que hacerse exámenes médicos para que la autoridad marítima avalará su salud y les permitiera salir a altamar.
Según el director de pesca de Progreso, Roger Gómez Ortegón, hasta el pasado viernes había en altamar 146 embarcaciones, siendo un número reducido comparado a toda la flota del estado. Por otro lado, en días recientes han estado regresando varios de estos barcos y los reportes de captura no son favorables.
Gregorio Quetzal Mukul, pescador progreseño, señaló que lo máximo que han logrado capturar esta temporada es una tonelada y media de mero, entre mero negrillo y rojo. Además, los precios también han caído llegando hasta los $23 el kilo.
Por otro lado, dijo que aunque sea poco es un sustento en estos tiempos difíciles y agregó que hasta ahora ningún compañero se ha enfermado con síntomas del COVID-19 en altamar, tras el viaje de 20 días.
Texto y foto: David Correa
