Regresa el crucero Freedom a Yucatán

El crucero Freedom regresó a Progreso con 3 mil 300 pasajeros y mil 093 tripulantes que arribaron en Galveston, Texas hacia el lado norte de la terminal de crucero, lugar al que llegaron a las 5:30 horas, atracó a las 7:00 horas y partió luego a la isla de Cozumel, Quintana Roo, a las 16:00 horas.

Del total que llegaron en el barco turístico, unas 500 personas permanecieron en el puerto generalmente parejas, recién casados, jubilados y familias completas que disfrutaron cada segundo su estancia en las playas porteñas, zona comercial y las calles céntricas más representativas del lugar.

En plática con algunas tripulantes europeas mencionaron que les gustaba el lugar porque era un clima muy caluroso diferente al de su nación que en estos momentos presenta fuertes nevadas y vientos fríos.

“Nos gusta el lugar, nos fascina la comida que sirven los yucatecos y nos encanta el mar y el sol de la costa yucateca”, expresó Lena, quien trabaja en el bar del buque.

En el inicio del malecón donde se encuentra un restaurante muy conocido compraron un paquete unas 90 personas que disfrutaron de los juegos organizados por Julián el animador que puso a bailar a las bellas, a romper globos de formas sugerentes con sus novios y competir por quiénes eran los más bellos y fuertes a la hora de jalar la cuerda.

En esta ocasión, los prestadores de servicio reportaron buenas ventas como el caso de Gilberto Chacón que vende sombreros tipo jipi a 12 dólares y paliacates a cinco dólares cada uno. También le fue bien a Eddie Barbosa que vendió principalmente sombreros tipo Texas, que gustan mucho a los turistas de cruceros.

También disfrutaron su estancia Pete y Jessica, una pareja de novios procedentes de New Orleans quienes dijeron que les fascinó el lugar. “El sol y el mar nos encantó, se la pasa uno bien aquí y próximamente regresaremos porque una vez no es suficiente”, comentaron.

Para los masajistas no todo pintó muy bien ya que la competencia desleal hace mella entre los que pactan los precios en 20 dólares. Sufrimos la competencia desleal de otras personas que le dan el servicio a la gente en diez dólares, incluso hay gente que me pregunta si damos el servicio “completo” de masajes aduciendo que otros negocios prostituyen a su gente para jalar más clientela, dijo un propietario de este servicio que prefirió mantenerse en el anonimato.

Para los prestadores de bananas las ventas no fueron muy buenas, ya que un solo paseo se fue lleno, del resto los viajes llevaban entre cuatro, tres y dos parejas de turistas, lo que redundó en que las ganancias fueran poco aceptables.

Los restauranteros tuvieron regular gente en sus negocios.

José Luis Chavarría

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